La Federación de Comercio de Venezuela (Fedecomercio) publicó el martes 28 de diciembre, a través de su cuenta en Twitter, un comunicado en el que anuncia la expulsión «definitiva e irrevocable» de la empresa Yeet Venezuela C.A. por usar la marca Starbucks ilegalmente en el país.
Fedecomercio escribió lo siguiente: “Tenemos cero tolerancia con prácticas irregulares e ilegales, que representen un engaño a la población venezolana, o que estas actividades puedan causar un daño directo o indirecto a la reputación o imagen de la comunidad empresarial venezolana».
Como se ha señalado en los últimos días, Yeet se apropió de la marca Starbucks y la misma franquicia y Nestlé, su aliado comercial a través del programa «We Proudly Serve», negaron tener algún vínculo con la compañía o haberse instalado en el país.
¿Una acción hipócrita?
Aunque son varios los que celebran la acción de Fedecomercio, para otros es imposible ignorar que en Venezuela hay cientos de empresas que en los últimos meses se han apropiado de marcas internacionales y no son sancionadas.
De ahí que la acción de Fedecomercio se vea con suspicacia, ya que sobre estas empresas hay cientos de denuncias públicas en redes sociales que no son consideradas por una sola razón: las marcas aún no reclaman sus derechos o hay factores políticos que intervienen.
Uno de los casos más evidentes – e ignorado – es el de la empresa Kellogg’s Venezuela, que cesó sus operaciones en el país en el año 2018, pero cuyas marcas Corn Flakes y Zucaritas continuaron comercializándose con elementos alusivos al gobierno de Maduro, claro está, sin permiso alguno.
¿Por qué no se les multa?
Esa es la pregunta que varios se hacen. ¿Acaso no importa si toman sus nombres, packaging, diseños de redes sociales e incluso acondicionamiento estético de sus establecimientos? Sí, sí importa, pero no pasa nada por una sola razón: hay marcas que no tienen registro en Venezuela (no es el caso de Kellogg’s), y sin ese respaldo es difícil – por no decir imposible – iniciar una demanda por derechos intelectuales.
Por ejemplo, la marca Patties Burger, original de Brasil, respondió a una usuaria de venezolana de Twitter que sus abogados y equipo de trabajo eran conscientes del plagio de su marca en Venezuela. Sin embargo, el restaurante copia continúa expandiéndose.
Si quiere conocer más, este tema se ha explicado antes en la nota Marcas y copias: la eterna pelea de la propiedad intelectual en Venezuela, donde una experta en propiedad intelectual detalla cómo es el proceso a seguir en caso de apropiación intelectual y derechos de autor.