Aunque las interrupciones son pequeñas individualmente, en conjunto están ayudando a reducir un superávit sin precedentes de suministros estimado en 1,5 millones de barriles de crudo por día (bpd) en la primera mitad de 2016.
La agencia Reuters señaló que aunque serían breves, podrían presagiar un declive mayor y más duradero en la producción en una región que, debido a su dependencia de las exportaciones de petróleo, es particularmente vulnerable a los efectos nocivos de precios por debajo de 40 dólares por barril.
«Latinoamérica está entre las regiones petroleras más vulnerables del mundo en este momento. Esperamos un caída en las exportaciones de al menos 100.000 bpd en el segundo trimestre y posiblemente de hasta 200.000 bpd frente al mismo periodo del 2015», dijo Robert Campbell de Energy Aspects.
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