Las licencias, que se corresponden con un total de 40 bloques, han sido ofrecidas a trece compañías que se mostraron interesadas cuando la convocatoria se abrió en enero del año pasado, entre ellas la noruega Statoil y las estadounidenses Chevron y ConocoPhillips.
«Hoy abrimos un nuevo capítulo en la historia de la industria petrolera noruega. Por primera vez en veinte años ofrecemos nueva superficie para la exploración, lo que contribuirá al empleo, el crecimiento y la creación de valor», señaló en un comunicado el ministro noruego de Energía y Petróleo, Tord Lien.
Resaltó que el interés mostrado por la industria en las nuevas superficies demuestra que la plataforma continental noruega sigue siendo atractiva y tiene un potencial «enorme».
Varias organizaciones ecologistas criticaron al Gobierno por la oferta de licencias en el sureste del mar de Barents y denunciaron los riesgos medioambientales que conllevan, además de considerar que contradicen los compromisos de Noruega en el Acuerdo de París contra el cambio climático.