El gobierno de Nicolás Maduro ha estado «jugando con la posibilidad» de trasladar la sede de Citgo Petroleum a la isla de Aruba desde 2015, debido a las relaciones diplomáticas cada vez más amargas entre Caracas y Washington, indicó uno de los altos funcionarios venezolanos.
Pero la idea parece estar ganando fuerza en Caracas, después de la decisión de Maduro a fines de noviembre de 2017 de nombrar a Asdrúbal Chávez, como el nuevo presidente ejecutivo de Citgo.
Se cree que Chávez, con 30 años en la industria petrolera y primo hermano del fallecido presidente Hugo Chávez, es una figura central en la campaña para trasladar a Citgo a la pequeña isla, donde el refinador ha estado buscando un punto de apoyo operativo.
En junio de 2016, Citgo firmó un contrato de arrendamiento para reiniciar y modernizar la refinería de 280.000 barriles diarios en Aruba, anteriormente propiedad de la firma estadounidense Valero. Se suponía que el reinicio de la refinería, que se suspendió desde 2012, ocurriría a mediados de 2018.
Argus Media señala que bajo la propuesta de transferencia que Chávez defiende en discusiones a nivel de gabinete que involucran al nuevo ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, mayor general Manuel Quevedo, Citgo continuará operando sus refinerías en Texas, Luisiana e Illinois, además de sus ductos y terminales de distribución relacionadas en todo Estados Unidos.
Pero la presidencia de Citgo y los principales ejecutivos financieros se basarían en Aruba en un acuerdo que, según los partidarios de la propuesta, aislaría mejor a los principales ejecutivos y las finanzas venezolanas de la interferencia directa del gobierno de Donald Trump.
La idea surge en un contexto de creciente presión de las sanciones individuales de EEUU contra funcionarios venezolanos, incluido Maduro, y sanciones financieras impuestas en agosto de 2017. Asdrúbal Chávez no figura actualmente en la lista de funcionarios venezolanos sancionados. No está claro si él está en Houston.
Una mudanza de los altos ejecutivos de Citgo a Aruba enfrenta varios obstáculos, incluido el reciente fuerte deterioro en las relaciones entre el gobierno de Maduro y las autoridades de Aruba, Bonaire y Curazao, tres pequeñas islas con vínculos petroleros con Venezuela.
Maduro ordenó el cierre de las fronteras aéreas y marítimas del país con las islas el cinco de enero y posteriormente advirtió que las fronteras no se reabrirán hasta que las autoridades de la isla se reúnan con altos funcionarios venezolanos para diseñar un plan para desbaratar el contrabando ilegal de coltán, diamantes y oro.
El Ministerio de Petróleo de Venezuela está en desacuerdo con las autoridades de Curazao y Bonaire por el deterioro estructural de las instalaciones de la refinería e instalaciones de almacenamiento de petróleo alquiladas y de propiedad de Pdvsa en ambas islas.]]>