En su primer cierre semanal del pasado mes, el viernes 2 de noviembre, el petróleo venezolano se cotizaba en 68,55 dólares, es decir, un 20,05 % más caro.
Este 2018, la cesta venezolana promedia los 61,09 dólares por barril, muy alejados de los 100 que Maduro estima como «precio justo».
El ministerio del Petróleo también informó sobre las otras tres cestas de petróleo, que también experimentaron alzas ligeras.
La cesta Opep pasó de 59,19 dólares a 59,79, el Intermedio de Texas pasó de 51,07 dólares a 52,30 y el Brent fue de 59,55 dólares a 60,82.
Maduro dijo la semana pasada que estos precios son «moderados», y que la Opep debe defenderlos.
La producción de petróleo de Venezuela, que cuenta con las mayores reservas probadas del mundo, se sitúa en el nivel más bajo de las últimas tres décadas, a excepción de varios meses entre fines de 2002 y principios de 2003, cuando una huelga en la estatal Pdvsa desplomó el bombeo hasta menos de 100.000 barriles diarios.
La producción venezolana se situó durante octubre en 1,17 millones de barriles diarios, un nivel que es 39 % inferior al promediado en todo 2017.
En este sentido, la ONG Transparencia Venezuela divulgó hace días un informe que achaca la vertiginosa caída en la producción, de 1,5 millones de barriles diarios con referencia al promedio de 1999, a la pésima gestión y a la corrupción dentro de Pdvsa.
Maduro dijo en septiembre pasado que la producción petrolera se duplicará en un año con el plan de recuperación que se ha implementado en Pdvsa y aseguró que en ese tiempo se deben cumplir metas, entre ellas, «un millón de barriles para China».
Con información de EFE