Laboral

Trabajadores de Gabriel de Venezuela piden reanudar labores

Trabajadores de la planta de amortiguadores Gabriel de Venezuela se mantienen en los portones de la empresa, ubicada en la zona industrial El Recreo de Valencia, exigiendo a la gerencia la reanudación de labores que fueron suspendidas el jueves 1º de febrero. 

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Trabajadores Gabriel amortiguadores
Foto: Tibisay Romero

Este martes, parte de la masa laboral protestó al frente de la compañía en la que algunos han trabajado por más de 30 años.
“Estamos afuera de la empresa por la medida arbitraria y unilateral de cerrar sus puertas. Fue de manera inconsulta esta acción y su fin sería eliminar, de una vez por todas, la nómina diaria de sus trabajadores. La empresa alega una contracción del mercado y disminución de las ventas”, señaló Lenis Bracho, secretario de Deportes del sindicato.
Todos los accesos a la fábrica permanecen cerrados, algunos carteles cuelgan en las rejas. Los obreros hacen “potazos” entre quienes transitan por la zona para recaudar dinero que les permita sufragar los gastos de transporte para poner llegar a la empresa.
Bracho agregó que se trata de un grupo de 70 obreros que quedarían cesantes. Indicó que hay un personal de nómina mensual y algunas empresas contratistas que realizan ciertos trabajos en la planta, aunque por el momento nadie ingresa o sale del lugar.
“Lo que ganamos semanalmente son 70.000 bolívares y eso en realidad alcanzaría para comprar cinco huevos”.
Enmanuel Urbano, operario de producción, dijo que en enero de 2017 unos amortiguadores para el modelo compacto Aveo costaban aproximadamente 30.000 bolívares y “en la actualidad valen 10 millones de bolívares”.
Urbano destacó que mientras se produce ese aumento en los precios, un obrero cobraba el año pasado 25.000 bolívares a la semana, mientras que ahora reciben 70.000 a la semana.
A su parecer, el argumento de la caída en las ventas que esgrime la firma podría ser refutado por los precios más elevados de los productos. “Mensualmente se venden de 30.000 a 40.000 piezas”.
Pero algunos trabajadores como Zaida Páez, con 33 años de servicio en la empresa, su labor tan especializada no es de reemplazo sencillo: “Ensamblo la parte interna del amortiguador en un departamento llamado Partes Pequeñas”.
Ella mantiene a dos hijos que estudian en universidades privadas y a una hermana que tiene un bebé. “No hemos sentido apoyo, tenemos  desconfianza y en mi caso es un problema para toda la familia”.
Gabriel de Venezuela forma parte de la empresa trasnacional de autopartes Geandina, cuya casa matriz está en Colombia, indicaron los obreros.]]>

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