Espectáculos

¿El Último Jedi?

Si “El Despertar de la Fuerza” era un rip-off de “A New Hope” por la calle del medio, el trailer de “El Último Jedi” anticipa la revisión del material de “El Imperio Contraataca”, encapsulando aún más la serie y sujetándola a una lógica instrumental de producción de clones. De ser cierta la teoría, Luke Skywalker encarnaría el papel de Yoda, terminando la fase de entrenamiento de la joven Rey, la réplica del 2017 de la princesa Leia de los ochenta.

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TEXTO: SERGIO MONSALVE | FOTOGRAFÍA: ARCHIVO

La posible relectura del argumento admite tres posibles alternativas: la extinción de los Jedis (de ahí el título de la cinta), su inevitable resurrección o la muerte de Luke Skywalker (continuando el eslabón de las anteriores entregas, donde un personaje importante fallece para resucitar por otros medios).

En una de las secuencias metafóricas del avance, unas naves despiden una estela de humo rojo. Por tanto, habrá sangre y proyecciones alucinadas de la ciencia ficción (se anuncia desde las letras del poster).

Geeks llaman la atención sobre el parecido del clip con el spot publicitario de “El Despertar de la Fuerza”, como si los productores hubiesen abandonado la creatividad para ceñirla al programa duplicador de una fotocopiadora operada por algún Arturito de la Disney.

Menos mal que no encontraron parecidos razonables con la campaña fallida de Pepsi. Igual, Star Wars siempre ha sido una rebelión enlatada, consciente de su estado gaseoso y azucarado, lo que no la hace mejor o peor.

Los intelectuales de la queja se molestarán porque analizo al mito de Guerra de las Galaxias, asegurando que no necesita de traslación, de traducción. Claro que lo dicen por picados, pues la única interpretación que admiten y comparten es la suya. Así que debemos ignorarlos y rematar la semitiotización.

Por último, queda escupir las críticas sin mordaza. El trailer no entuasiasma tanto como el de “El Despertar de la Fuerza”. La pesada carga del deja vu entierra la capacidad de generar asombro en los primeros segundos.

Al trabajo audiovisual lo levanta las locuciones en contraste con los planos de Isaac, Boyega y Driver.

Mark Hamill sigue jugando a las escondidas, con una cara amarrada que esperamos relaje. Me saca la piedra que todos tengan que correr indefectiblemente. Ya está bueno con el cliché. Mismo sentimiento me provocan las explosiones. Es como una plantilla que no quiere cambiar, crecer, evolucionar. Atrapada en su esquema onanista de dar y recibir gratificaciones. Propio de una cultura autoindulgente.

Demasiadas tomas del agua y de la isla me sacan de quicio. ¿Cuándo van a salir de la estética de Parque Jurásico? ¿En serio otra vez la cabeza achicharrada de un Sith? Qué problema con la nostalgia por Darth Vader.

El lado oscuro ha vencido. La luz de la franquicia se diluye entre los apremios del compromiso anual por llegar y reventar la taquilla. Espero equivocarme en la pantalla.

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