Espectáculos

Episodio 705: Game of Thrones y lo que saben los dragones

Game of Thrones avanza dando a los espectadores más información que a los propios personajes. El quinto capítulo de la temporada 2017 deja la duda de si el árbol genealógico real de la familia Targaryen jugará papel definitivo en las relaciones de poder en Westeros, o solo tendrán importancia para enfrentar a los Caminantes blancos 

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El quinto capítulo de la séptima temporada de Game of Thrones sirvió como intertítulo. Luego de la gran batalla vista en la entrega anterior, tocaba reacomodar fuerzas y reubicar a personajes en puntos de partida para la segunda etapa de este ciclo. Algo necesario luego de construir durante los primeros cuatro episodios la narrativa de cara a la primera gran batalla entre las fuerzas de las dos reinas que se disputan Westeros.

Pero la quemazón de Drogon, la primera gran derrota de Cersei y la evidencia de la superioridad militar de Daenerys obligan a replantear objetivos, tanto para los personajes como para la trama en sí misma. Por eso, lo importante en esta segunda mitad de la temporada será el Ejército de los Muertos y el plan de Jon Snow de capturar a uno de sus soldados zombis para convencer a todos de que el Rey de la Noche es real y que la amenaza del invierno se cumple.
Fue también un capítulo donde pasan muchas cosas, rápidamente. Quien sale de viaje, llega en un salto a la orilla del destino. No hay tiempo que perder. Además, hubo dos grandes revelaciones, aunque hayan pasado por debajo de la mesa. El foco está en los Targaryen, en plural. La escena de Jon Snow acariciando a Drogon pone en movimiento acontecimientos por venir.
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Está establecido en el universo de Game of Thrones que solo quienes tengan sangre de esa familia son capaces de interactuar con las bestias sin violencia. Y hemos visto que ocurre tanto con el Rey del Norte como con Tyrion Lannister (quien liberó a Viserion y Rhaegal la temporada pasada).
Por una parte, la serie ha establecido con franqueza que Jon Snow es hijo de Rhaegar Targaryen con Lyanna Stark. Así lo vio la audiencia cuando Bran viaja al pasado para ver cómo Ned Stark toma al recién nacido de los brazos moribundos de su hermana en la Torre de la Alegría (Tower of Joy), ubicada en Dorne. Una confirmación de algo que en los libros aún no ha sido revelado.
El capítulo 705 nos dio otro detalle: Jon no solo lleva sangre real sino que pudiera estar primero que Daenerys en la línea de sucesión. Es lo que asoma la lectura que hace Gilly de un libro antiguo donde se habla de la anulación de un matrimonio y un posterior casamiento secreto del príncipe Rhaegar en Dorne. De ser así, Jon Snow no es un bastardo siquiera sino el nieto legítimo del “Rey Loco” Aerys II.
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Pero Sam no conectó con el descubrimiento de Gilly, quizá porque ella pronunció mal el nombre al no dominar aún la lectura. Se verá si los acontecimientos conducen a que lo dicho a la audiencia tenga consecuencias en la trama, y hasta en el cable pelao entre Daenerys y su sobrino Jon. Solo Bran lo puede saber.
Por otra parte, recordemos que Tyrion ha podido tocar a los dragones también. Una teoría aún no confirmada –ni negada– en los libros de George R.R. Martin dice que el más pequeño de los Lannister es producto de la infidelidad de Joanna Lannister con Aerys II, el Rey Loco (¿de amor por ella?). Por eso sería el odio acumulado de Tywin contra su hijo, además “culpable” de la muerte de su madre que pereció durante el parto. De hecho, en los libros, Tyrion es descrito como un rubio platinado más cercano a la familia de Dragonstone que al clan de Casterly Rock.
Es la teoría del dragón de las tres cabezas, una que encaja perfectamente en la tríada de bestias que andan volando por ahí. Dos de ellos siguen sin jinete.
El invierno toca la puerta

El escenario para esta segunda etapa de temporada, a la que apenas restan dos episodios, será el Norte, más allá del Muro (¿caerá una parte de él en el último capítulo?). Y con nuevos protagonistas: Jon Snow no está solo y sus aliados son todos de primera línea.
Volvió Jorah, para volver a irse. Gendry reapareció, mostrando un desarrollo de personaje muy avanzado que se nos ha negado como espectadores. Desde la tercera temporada no aparecía en pantalla, incluso Davos lanza un comentario que juguetea con los fanáticos de la serie y los miles de memes sobre cómo el hijo bastardo de Robert Baratheon llevaba cuatro años remando.
The Hound, junto a Beric Dondarrion y Thoros de Myr, se suman al pelotón, con la protección del Dios del Fuego. Los Wildlings encabezados por Tormund serán fundamentales –y él no puede morir sin hacerle ojitos de nuevo a Brienne, de quien sigue pendiente.
Tyrion se queda solo con Daenerys (y Varys) en Dragonstone y su tarea ahora será aconsejar a la mujer capaz de rostizar ejércitos completos con una palabra. Littlefinger por fin dejó de ser un mero espectador y comienza a mover sus fichas. Arya busca y encuentra, en este caso una nota que pareciera que Petyr Baelish quería que ella encontrara (un telegrama enviado en la primera temporada desde King’s Landing denunciando la “traición” de Ned Stark, firmado por Sansa). La Lady de Winterfell se debate con respecto al poder. ¿Su lealtad será fuerte?
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Mientras, en la capital Cersei busca sobrevivir lo más que pueda, cada vez más convencida de que una guerra contra tres dragones es imposible de ganar. Por eso acepta una tregua con la rubia, y seguro buscará sacar provecho de esa pausa, mientras asegura estar embarazada. ¿Real? ¿Buscado?
En la quinta temporada, una bruja predijo que la reina tendría tres hijos y los vería morir. Si asumimos que la predicción se cumplió con Joffrey, Myrcella y Tommen, entonces un cuarto embarazo pudiera tener un final nada feliz. En cualquier caso, los embarazos en política siempre mueven ambiciones y escenarios. Pasa en Westeros y pasa en Caracas. Le pasa a Cersei y le pasa a Lilian.

Este es el adelanto del penúltimo capítulo de esta temporada:

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