Los miembros de Desorden Público, en su primera visita a Noruega, alzaron la voz en duro rechazo al gobierno escandinavo por haberse involucrado en procesos de mediación a la crisis venezolana en junio y con ello, meter una zancadilla a las acciones que, desde hace años, los venezolanos han emprendido para recuperar la democracia en el país.
Horacio Blanco, vocalista de la banda, respaldado por sus compañeros de escena, aprovechó la oportunidad de estar en Stavanger, la ciudad de mayor actividad relacionada al petróleo y con la comunidad de venezolanos más grande y organizada de Noruega, para expresar ante una multitud, su gran frustración contra el gobierno de Erna Solberg a quien acusó de haberle hecho el juego a Maduro para que continuara aferrado ilegalmente en el poder.
«Maldito comunismo» se oyó decir varias veces en la escena, mientras la masa respondía con vítores en señal de apoyo. Otros compañeros también hablaron y compartieron opiniones sobre lo ocurrido en Oslo en junio de este año con representantes de Maduro y del presidente encargado de Venezuela Juan Guaido, junto con los del gobierno noruego a quienes nunca se les oyó decir una palabra.
Los comentarios terminaron con la simbólica “seña del dedo medio” propinada para los diplomáticos y políticos noruegos involucrados en las negociaciones, sugiriendo que se habían vendido a la tiranía de Maduro y así dar una estocada de enfriamiento del interés mundial por ayudar a los venezolanos y desunión dentro del país.
Ante esto, la algarabía fue total e inmediatamente los fanáticos del ska que asistieron al concierto, mayoritariamente venezolanos opositores al régimen chavista respondían efusivamente, dejando volar cantidades «palomas» de sus dedos, dando paso al canto de la emblemática canción de la banda, «Politicos Paralíticos».
Pero no sólo Noruega recibió la reprimenda verbal, también El Banco Vaticano por supuesta complicidad con el corrupto régimen de Nicolás Maduro. «Es que hay mucho dinero de por medio, mucho dinero».
El concierto fue cercano y duró alrededor de dos horas, y aunque hacía frío, esa noche en Stavanger transcurrió como una fiesta entre amigos de años que calientan el alma.
Como si de alguna manera, esa ciudad lejana se convirtió en una célula, un portal que llevó a todos a Caracas, Barquisimeto o Maracaibo y le presentó a los locales el espíritu fiestero y bochinchero de los suramericanos.
Desorden Público rindió homenaje al fallecido cantante popular Pastor López, fueron atrevidos al fusionar los ritmos del joropo venezolano con el ska y con notas de actualidad cantaron y los clásicos de aquellos años en los que ser venezolano significaba ser feliz.
Con genialidad lograron que junto con el sudor que corría por los rostros entusiastas de los que allí cantaban, bailaban y reían, también corrieran lágrimas, especialmente cuando durante el espectáculo, narraron emotivas anécdotas de sus encuentros con la diáspora venezolana durante esta larga gira 2019 que terminará en noviembre en Madrid, España.
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