La propuesta de Almibarte es única en Venezuela: polvorosas de topocho, galletas sablé de mapuey, galletas craqueladas de chocoazú, bocadillos de arazá y túpiro y galletas tipo Newton con harina de topocho y relleno de jalea de copoazú. Pero el postre estrella es el amazú, un ponqué con harina de yuca, chocoazú, merey y suspiros atomizados con fragancia de sarrapia. Para lograrlo, Antonella Di Russo hizo 19 pruebas.
La propuesta de Almibarte es única en Venezuela: polvorosas de topocho, galletas sablé de mapuey, galletas craqueladas de chocoazú, bocadillos de arazá y túpiro y galletas tipo Newton con harina de topocho y relleno de jalea de copoazú. Pero el postre estrella es el amazú, un ponqué con harina de yuca, chocoazú, merey y suspiros atomizados con fragancia de sarrapia. Para lograrlo, Antonella Di Russo hizo 19 pruebas.
Marisela deja de ser un personaje literario venezolano y se convierte en una torta de queso llanero, queso de año, papelón y un baño de caramelo aliñado con especias gracias al dulce emprendimiento de La Negra Repostería
Nuestra dulcería típica tiene grandes sabores gracias a la fusión entre indígenas, colonos, esclavos africanos y por supuesto nuestro Caribe. De esa fusión nace el bienmesabe venezolano que tiene sus diferencias con la receta que proviene de Tenerife Este postre tiene su origen en los años 1600 y proviene de Andalucía, Islas Canarias y Málaga. En España se conoce como el Bienmesabe Antequero y en aquel entonces, las que elaboraban este manjar eran las monjas del Convento de Clausura de Belén de las monjas Clarisas, en el poblado de origen árabe en Antequera; actualmente Provincia de Málaga. En aquel tiempo, las monjas acompañaban esta torta con almendras, almíbar de frutas y cabello de ángel.
Almidoncitos o coscorrones como se les conoce en el oriente del país, suspiros, piñonate, jalea de mango, besitos de coco, polvorosas, dulce de lechosa, catalinas, delicada de guayaba y empanaditas de plátano, son algunas de las delicias que prepara la cocinera monaguense Zuleyma Padrino, en la amplia cocina de su casa La señora Padrino nació en Puerto Ayacucho y se crió en Apure. Por sus venas corre sangre Piaroa, cocina desde los 18 años de edad, es una apasionada por los fogones y los sabores venezolanos.
Cuando se habla de dulcería criolla, lo primero que viene a la mente son las conservas de coco, el dulce de guayaba y el majarete, entre otras cosas pero, es tan larga la lista de estos postres venezolanos, que fácilmente se pudiera hacer un libro de más de 100 páginas con recetas de granjería