Ser policía en Venezuela es sacrificar la vida y luego no tener para comer
Ser policía es uno de los trabajos más duros para combatir la delincuencia, debido a que a pesar de los riesgos que corren día a día, la retribución monetaria no se equipara, por lo que la mayoría de los funcionarios acuden a empleos secundarios -conocidos como tigres- para sobrevivir. "Nunca ha sido el mejor sueldo, pero antes alcanzaba para vivir", dice Gregorio Barreto, quien ya se encuentra retirado del oficio tras 6 años en la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y otros tres en la Armada. Ninguno de los sueldos que ganó en ambos organismo era suficiente, por lo que siempre debía rebuscarse en otras tareas para llevarle de comer a sus hijos: una de 19 años y uno de 14.