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La última oportunidad entre Grecia y la Eurozona

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Sin un acuerdo, Grecia corre el peligro de encontrarse rápidamente sin fondos y abocada a una salida de la zona euro.

«Grecia está en la zona euro» y «debe seguir en la zona euro», afirmó este viernes el presidente francés François Hollande, tras un almuerzo en París con la canciller alemana Angela Merkel, antes de la reunión del Eurogrupo, que se inicia a partir de las 16h30 (15h30 GMT), hora y media más tarde de lo previsto.

«Desde que tenemos un programa para Grecia, la acción política tiene como objetivo mantener a Atenas en la zona euro», coincidió la canciller, durante una rueda de prensa conjunta en la capital francesa

«Se necesita mejorar considerablemente la sustancia de las propuestas (griegas) para que obtengamos un acuerdo del Bundestag», precisó no obstante Merkel, aludiendo a la necesaria aprobación por la cámara baja alemana de un acuerdo con Grecia.

La reunión de los 19 ministros de Finanzas de la Eurozona, la tercera en menos de diez días, debería desembocar en un acuerdo sobre la extensión del programa de ayuda a Grecia, que expira el 28 de febrero.

Grecia quiere pasar página de la austeridad. Pero Alemania, con la inflexibilidad que encarna su ministro de Finanzas, el conservador Wolfgang Schäuble, exige que Atenas siga saneando sus finanzas públicas y las reformas estructurales que le exigieron a cambio de dos planes de apoyo por valor de 240.000 millones de euros.

Berlín no está solo, cuenta con el respaldo de Finlandia y los países bálticos al norte, de España y Portugal al sur.

La ministra portuguesa de Finanzas, Maria Luisa Albuquerque, dejó claro este viernes en la prensa alemana que hay «un marco, que es el programa de ayuda actual» a Grecia y «no estamos dispuestos a negociar bajo otras condiciones».

El primer ministro eslovaco Robert Fico dijo por su lado al Financial Times que sería «imposible» para él «explicar a la gente (en su país) que hay que dar dinero para los salarios y las pensiones en Grecia».

Pero la que realmente «bloquea» es Alemania, confió jueves una fuente europea. «Es cierto que existe un problema de personas» entre el austero  Wolfgang Schäuble y su homólogo griego, el brillante Yanis Varoufakis. La prensa reseña desde hace días las tensiones entre ambos hombres.

Atenas había dado el jueves un paso importante hacia un compromiso y se decidió a pedir una «extensión» del acuerdo de asistencia financiera que la zona euro le conminaba a aceptar esta misma semana.

‘Caballo de Troya’

En una carta dirigida al Eurogrupo, el Gobierno griego también dijo estar dispuesto a aceptar la «supervisión» de sus acreedores (UE, BCE y FMI) y se comprometió a abstenerse de «cualquier acción unilateral» que socave sus objetivos presupuestarios.

A cambio, reclama cierta «flexibilidad» que permita rectificar las medidas de austeridad más dolorosas, tal como prometió Alexis Tsipras, el nuevo primer ministro de izquierda radical, durante su campaña victoriosa. El término «flexibilidad» será sin duda muy debatido por el temor de varios países de que Grecia lo emplee para no cumplir sus compromisos.

Apenas recibida la solicitud de extensión, el ministerio alemán de Finanzas, lo rechazó con sequedad y dijo que no veía ninguna «solución sustancial».

Sin embargo, este viernes una portavoz de la canciller Merkel suavizó desde Berlín esa posición.

«En opinión del gobierno alemán [la demanda griega] no es aún suficiente» pero «está considerada como un punto de partida para otras conversaciones», dijo la portavoz.

¿Una cumbre europea?

Si fracasara la reunión del Eurogrupo, los dos campos hablan ya de una posible próxima cumbre europea.

«Si no llegamos a un acuerdo, el tema podrá ser resuelto gracias a intervenciones políticas del mayor nivel, pienso en una cumbre europea», dijo Nikos Pappas, ministro de Estado y cercano a Alexis Tsipras.

«Un acuerdo es posible en los próximos ocho días, si fuera necesario mediante una reunión suplementaria a nivel de jefes de Estado», aseguró por su lado el comisario europeo alemán,  Günther Oettinger.

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