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Santos confía en llegar a la paz pero establece plazo a las FARC

"Vamos a estar vigilantes sobre lo que hoy se pactó. Y en cuatro meses a partir de ahora, dependiendo de si las FARC cumplen, tomaré la decisión de si seguimos con el proceso o no", señaló el mandatario.

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El proceso de paz colombiano entró en una nueva fase que puede conducir a un acuerdo definitivo o a su final si la guerrilla de las FARC no cumple lo anunciado hoy en La Habana, según advirtió el presidente Juan Manuel Santos, que habló de fijar plazos al proceso.

El jefe de Estado, que dijo ver por fin «clara la luz al final del túnel» en los diálogos de paz iniciados en noviembre de 2012 en la capital cubana, se mostró optimista con lo anunciado este domingo por los negociadores del Gobierno y las FARC, pero al mismo tiempo cauteloso.

«Vamos a estar vigilantes sobre lo que hoy se pactó. Y en cuatro meses a partir de ahora, dependiendo de si las FARC cumplen, tomaré la decisión de si seguimos con el proceso o no», manifestó el mandatario en una alocución de trece minutos al país para explicar la situación.

El Gobierno y las FARC anunciaron un plan para reducir la intensidad del conflicto y agilizar la consecución de acuerdos en La Habana con el fin de crear las condiciones para llegar más adelante a un alto el fuego bilateral y definitivo.

Con el propósito de avanzar «sin demoras a la firma del acuerdo final» de fin del conflicto, las partes acordaron además un cambio de la metodología usada hasta ahora, de ciclos de reuniones, por «un trabajo técnico, continuo y simultáneo sobre los puntos centrales de la agenda».

Según Santos, las decisiones tomadas hoy en Cuba «nos dan una nueva luz de esperanza para llegar a un acuerdo final» porque es «urgente volver a desescalar el conflicto, reducir la intensidad de la guerra».

En ese sentido destacó que las FARC, que la semana pasada habían anunciado un cese el fuego unilateral de un mes a partir del próximo 20 de julio, «se comprometieron a mantener la suspensión unilateral de todo tipo de acciones ofensivas».

En respuesta a ese anuncio, y si efectivamente suspenden la oleada de ataques iniciada el pasado 20 de mayo contra militares, policías y contra las infraestructuras del país, especialmente la petrolera y la eléctrica, el Estado reducirá las acciones militares en contra de esa guerrilla.

«Pero entiéndase bien: Nuestras Fuerzas Armadas están listas para un gradual desescalamiento si las FARC cumplen. Si no cumplen, estarán listas para enfrentarlas, con la determinación y contundencia con que siempre lo han hecho», enfatizó el presidente.

Santos dejó claro en su intervención que esta suspensión de ataques por parte de las FARC y la reducción de las acciones militares del Estado, «no es un cese al fuego bilateral, pero sí es un avance para humanizar la guerra, para evitar más víctimas, mientras se llega a un acuerdo definitivo».

El alto el fuego bilateral es una exigencia que las FARC hacen desde hace tiempo, con el apoyo de movimientos políticos y sociales de izquierda, pero Santos ha mantenido siempre que desde un comienzo se pactó negociar en medio de la guerra y no está dispuesto a traspasar esa «línea roja» a menos que se firme un acuerdo de paz o que las negociaciones estén lo suficientemente avanzadas.

«Los colombianos necesitan hechos de paz para recuperar la confianza en el proceso», reiteró esta noche en su alocución, en la que se mostró esperanzado en llegar a un acuerdo de paz «con el apoyo del país, y del mundo entero».

Santos dijo que el proceso necesita «pisar el acelerador» y eso es lo que se está haciendo pues la negociación está prácticamente estancada desde hace trece meses, cuando se alcanzó el acuerdo en el punto de drogas y cultivos ilícitos, tercero de cinco que componen la agenda de diálogos.

«Yo creo que no podemos tener miedo. A la paz no hay que tenerle miedo, a la guerra sí», afirmó el mandatario, quien se preguntó si la alternativa es pararse de la mesa de diálogo «para que la guerra siga, y botar la llave de la paz de una vez por todas».

Agregó que para él «la respuesta es muy clara: Hay que acelerar las conversaciones para llegar cuanto antes al fin del conflicto. Y eso, precisamente, es lo que se acordó hoy en La Habana», dijo.

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