En conferencia de prensa, los investigadores revelaron que el agresor también había matado el domingo a cuchilladas a un hombre que conocía, en una zona de juegos de Zurich.
Tras el ataque, el individuo se suicidó cerca de la sala de oración. Su identidad, que no fue revelada, pudo conocerse gracias a un análisis de ADN de una muestra que le fue tomada hace 7 años tras el robo de una bicicleta.
«Ignoramos de momento sus motivos (…) Han sido hallados en su casa símbolos vinculados» al ocultismo, declaró la responsable de la policía del cantón de Zúrich, Christiane Lentjes Meili.
Según los investigadores, nada indica que estos casos estén vinculados con el terrorismo o la extrema derecha. También ignoran si el agresor sufría trastornos psiquiátricos.
Interrogada por un periodista turco sobre la coincidencia del tiroteo del lunes con el atentado en Berlín y el asesinato del embajador ruso en Ankara, Lentjes Meili respondió que para la policía «no hay vínculos entre estos ataques».
La misma piensa que el individuo vivía solo, pero continuará su investigación para determinar mejor su personalidad, en particular en lo que concierne al ocultismo y sus motivaciones.
El joven, empleado de una tienda, había renunciado el viernes pasado a su trabajo, añadió la responsable policial.
El lunes hacia las 17H30 (16H30 GMT) penetró en la sala de oración de un centro islámico situado cerca de la estación central de Zúrich.
Iba vestido completamente de negro, con la cabeza cubierta con un gorro de lana. Una vez dentro, disparó varias veces contra los fieles, hiriendo a tres hombres, antes de huir del lugar a pie. Su cadáver fue encontrado a unos centenares de metros de allí, bajo un puente que cruza un río.
Musulmanes piden protección para sus centros
Las víctimas, que han sido operadas, están fuera de peligro, y tienen 30, 35 y 56 años, precisó la policía sin brindar sus identidades. El centro islámico es frecuentado cotidianamente por decenas de fieles, llegados sobre todo de los países del Magreb, Somalia y Eritrea, según los medios de comunicación helvéticos.
La policía tampoco brindó información sobre el arma de fuego utilizada en el ataque. Los investigadores sí precisaron que el agresor disponía de un permiso válido para la misma.
En Suiza, los hombres que cumplen el servicio militar pueden conservar su arma de reglamento en su domicilio, en tanto reservistas, un derecho que a veces suscita polémicas en los medios de prensa, en particular porque a veces son utilizadas en dramas familiares u otros hechos diversos.
En un comunicado, el Consejo Central Islámico, una de las principales organizaciones musulmanas suizas, cuyo presidente Nicolas Blancho, es investigado por supuesta propaganda yihadista, llamó a los políticos y a los medios a «tomarse seriamente el sentimiento islamófobo»
Pidió a las autoridades que utilicen fondos públicos para asegurar la protección de los centros de culto islámico en Suiza. Esta no fue la primera vez en que uno de éstos fue atacado.