El representante de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en América Central, Cuba y México, José Samaniego, dijo este viernes que la violencia genera cada vez más desplazados en la región y abogó por trabajar conjuntamente y lograr sinergias para atajar los motivos de las migraciones.Samaniego participó en Bruselas en un debate sobre el Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS), una iniciativa de cooperación entre seis Estados -Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Panamá- que se comprometieron a trabajar juntos para atajar de forma integral la crisis de desplazados forzosos que sufre la zona.
La iniciativa, presentada en octubre pasado en Honduras, tiene el objetivo de abordar el ciclo completo de desplazamiento, desde causas estructurales y soluciones en los países de origen al tránsito y la protección de las personas, así como la integración y soluciones en los lugares de destino.
Nicaragua y El Salvador decidieron no participar en el programa y se mostraron escépticos sobre los resultados de esta cooperación regional.
Durante el debate, los ponentes explicaron que la situación migratoria en Centroamérica es «muy compleja» porque los desplazamientos se producen por distintas causas y afectan a todos por igual: como países de origen, de tránsito y de destino, provocando en muchas ocasiones movimientos circulares de personas.
Además de los desplazamientos por motivos socioeconómicos, la violencia de las pandillas callejeras o «maras» genera cada vez más emigraciones forzosas.
ACNUR ha advertido de que un número creciente de hombres, mujeres y niños se ven a forzados a escapar de sus países atemorizados por este tipo de bandas, que cometen delitos que van desde el narcotráfico, la extorsión, el robo y la violación hasta el asesinato.
«Hay muchos tipos de víctimas de la violencia: reclutamiento forzoso de adolescentes, violencia sexual contra las mujeres y crímenes de odio contra el colectivo LGTBI. También por sectores, como los periodistas o profesores», detalló el representante de ACNUR.
Esta situación ha provocado que muchos solicitantes de asilo en países centroamericanos hayan pedido ser acogidos en Estados asiáticos, en busca de la mayor distancia posible con sus perseguidores para poder sentirse completamente seguros.
Samaniego aseguró que nacer en un barrio conflictivo reduce «tus posibilidades de encontrar empleo» e incidió en la necesidad de trabajar para ofrecer más y mejores opciones de futuro a los jóvenes.
El responsable de la unidad de Desarrollo y Cooperación de la Comisión Europea (DEVCO), Stefano Signore, valoró durante el debate el espíritu de cooperación del plan y reconoció que para los actores dedicados al desarrollo es más complejo alcanzar ese nivel de colaboración por el riesgo de crear duplicidades con los sistemas nacionales.
De acuerdo a los datos disponibles a finales de 2016 había 164.000 refugiados y solicitantes de asilo en el Triángulo Norte de Centroamérica, que integran El Salvador, Honduras y Guatemala, una cifra casi diez veces mayor a la de los otros cinco años.
Samaniego elogió la ayuda española en materia de refugiados y señaló que, aparte de la movilización de recursos y del apoyo técnico que reciben para su labor, es clave el papel español en la «visibilización de la región» y ayudando a buscar «puentes de apoyo entre la Unión Europea (UE), Centroamérica y Latinoamérica».
«España cuenta también con un papel importante en el marco de la Unión Europea porque es el país que más cercanía cultural tiene con América Latina y su apoyo es clave para mantener Centroamérica dentro de una agenda cada vez más compleja y competitiva, como es la de la cooperación internacional», dijo a Efe.
El Estímulo
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