«Llorando por todos los muertos y rezando por sus familias, hago con todas mis fuerzas humanas y espirituales un llamado a las conciencias de todos para lograr una tregua», instó el nuncio en declaraciones a la prensa.
Una fuerza de más de 1.000 hombres fuertemente armados entre policías y paramilitares incursionaron este martes en Masaya, 30 km al sur de la capital, con la intención de desarticular la resistencia en el rebelde barrio de Monimbó.
El nuncio se declaró «muy preocupado por la situación» de violencia que vive el país.
«No es aceptable pensar que los muertos y las víctimas de la violencia pueden solucionar una crisis política y garantizar un futuro de paz y prosperidad en Nicaragua», dijo.
Stanislaw Waldemar llamó a «permitir un rápido regreso a las mesas del diálogo nacional para buscar juntos una solución adecuada y resolver así la crisis».
Los obispos católicos nicaragüenses median desde mayo un diálogo entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que se ha estancado al menos tres veces por desacuerdos y la represión ejercida contra los manifestantes.
Unas 280 personas han muerto desde que estallaron las protestas contra el gobierno por una reforma al sistema de pensiones, que se convirtió en una demanda para la salida de Ortega del poder.
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