En estos tiempos de diáspora para los venezolanos el acuerdo podría significar una buena noticia para millones de personas que buscan mejores condiciones de vida allende las fronteras y huyen de la crisis que ha impuesto el chavismo en Venezuela.
El texto ratificado en la cita del 10 y 11 de diciembre, no es un tratado y no es jurídicamente vinculante. Según dijo el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Gutérres, dijo que el documento garantiza el derecho soberano de los Estados a determinar sus políticas de migración y su prerrogativa para gobernar la migración dentro de su jurisdicción, en conformidad con el derecho internacional.
La presidenta de la Asamblea General, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, también se congratuló por el compromiso que, aseguró, le da un rostro humano a la emigración.
A la cita asistieron representantes de 164 países de los 193 que integran la ONU. El documento que ratificaron más de 15o naciones consta de 23 objetivos y compromisos concretos. El pacto que según el organismo se adapta a las necesidades nacionales de las naciones tiene entre las medidas; la lucha contra la trata y el tráfico de personas; evitar la separación de las familias; usar la detención de migrantes sólo como última opción o reconocer el derecho de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino.
Además busca minimizar los efectos adversos y problemas estructurales que obligan a la gente a abandonar sus países de origen y crear condiciones para el desarrollo sostenible de todos los países, busca que los ciudadanos tengan la documentación adecuada para emigrar y haya la cooperación adecuada para la readmisión de los migrantes en sus países de origen, en caso de ser necesario, y, por supuesto, salvar vidas.
A pesar del optimismo, muchos de los grandes países receptores de migrantes como Estados Unidos, Chile, Australia e Italia muchas naciones centroeuropeas como Austria, Polonia y Hungría muy impactadas por la crisis migratoria de África y Asia en 2015 ya se han retirado del pacto. Suiza, Japón y Corea del Sur también rechazaron ser parte del pacto.
Muchos de los países que lo critican señalan que son inconsistentes con sus políticas de migración y refugio y que favorecen al migrante y no valoran el impacto que tiene para esos países la recepción de estas cantidades de personas.