«Debemos ir todos a las calles de Venezuela y el mundo con un objetivo claro: acompañar el ultimátum que dieran miembros de la Unión Europea (UE). Vamos a hacer la marcha más grande en Venezuela y en la historia de nuestro continente», llamó el opositor, de 35 años.
Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría calificada opositora, convocó la manifestación justo el día en que los oficialistas festejarán los 20 años de la «revolución bolivariana», fundada por el fallecido líder socialista Hugo Chávez (1999-2013).
Bajo la presión de España, Alemania y Francia, la UE lanzó un ultimátum a Maduro para que en «los próximos días» acepte unos comicios «libres» o de lo contrario reconocería a Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
Maduro rechazó de antemano el ultimátum -cuyo plazo según Guaidó vence el domingo- y lamentó que la UE se ponga «a la cola» del gobierno de Donald Trump en lo que denuncia como un golpe de Estado en marcha.
La tensión sube con cada llamado a marchar, pues disturbios desde el 21 de enero dejaron unos 40 muertos y más de 850 detenidos, según la ONU, En 2014 y 2017 dos oleadas de protestas se saldaron con unos 200 muertos.
Guaidó denunció el jueves intimidación por parte de un cuerpo élite de seguridad -lo cual negó la policía-, ante lo que Estados Unidos aprovechó para advertir a Maduro que no tolerará «daños» al líder opositor.
– Polémica de la crisis humanitaria –
Guaidó expuso el jueves su denominado «Plan País» que tiene como ejes frenar la hiperinflación y la emisión de dinero sin respaldo, una nueva política monetaria y renegociación de la deuda externa, estimada en unos 150.000 millones de dólares.
Venezuela sufre la peor crisis de su historia moderna, con una abrupta caída de la producción petrolera, escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para este año.
«Me da miedo que se convierta la urgencia en normalidad, que nos acostumbremos a perder familiares por falta de medicamentos», manifestó.
La situación disparó la migración, cifrada en unos 2,3 millones de venezolanos desde 2015, el mayor éxodo de los últimos años en América Latina, según la ONU.
El opositor consideró que la ayuda humanitaria es prioridad en su plan y señaló que este viernes definirá los mecanismos para que ingrese al país por vía aérea o zonas fronterizas.
De esa forma meterá más presión sobre Maduro, pues el gobierno se niega a ese tipo de ayuda, argumentando que es el pretexto que usará Estados Unidos para una intervención militar.
Decidido a asfixiar económicamente al gobierno de Maduro, Estados Unidos, el primero en reconocer a Guaidó como presidente interino, aprobó sanciones contra la estatal petrolera PDVSA -fuente del 96% de ingresos del país- y congeló cuentas y activos venezolanos.
«Ya iniciamos procesos de cooperación entre Europa y Venezuela, de cara a la protección de los activos y la ayuda humanitaria», aseveró Guaidó la víspera.
– Diálogo o «jugarreta» –
El Parlamento Europeo se convirtió el jueves en la primera institución europea en reconocer a Guaidó como presidente interino, metiendo presión a la Unión Europea (UE) para que haga lo mismo como bloque.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, anunció la creación de un Grupo de Contacto de países europeos y latinoamericanos de «90 días» de duración para buscar salidas a la crisis.
«La clave para el Grupo de Contacto de la Unión Europea será medir bien si cualquier acto» del gobierno para buscar una solución «es genuino o se trata de una nueva jugarreta», advirtió el internacionalista Mariano de Alba.
Maduro ha llamado reiteradamente a una negociación, pero el líder opositor insiste en que no se prestará para «falsos diálogos» ni para elecciones sin garantías.
En esta polarización, chavistas disidentes tratan de crear una tercera vía y propondrán un referendo que pregunte a los ciudadanos si quieren una renovación de los poderes públicos.
Guaidó se autojuramentó luego de que el Congreso declarara a Maduro «usurpador» tras asumir un segundo mandato que considera ilegítimo, al igual que gran parte de la comunidad internacional, por ser resultado de comicios «fraudulentos».