Ola de calor bate récord en París
Un equipo de meteorólogos europeos hizo un análisis rápido de la ola de calor de junio en Europa y concluyó que el calentamiento provocado por el hombre las hacía al menos cinco veces más probables
Un equipo de meteorólogos europeos hizo un análisis rápido de la ola de calor de junio en Europa y concluyó que el calentamiento provocado por el hombre las hacía al menos cinco veces más probables
La temperatura batía récords en París y otras ciudades europeas en medio de la segunda ola de calor que azota el continente en este verano boreal.
La zona de París alcanzó los 42,4 grados centígrados (108,3 Fahrenheit), batiendo el récord vigente desde 1947 y las autoridades dijeron que la temperatura seguía en ascenso debido a una masa de aire cálido y seco del norte de África que ha quedado atrapada entre dos sistemas tormentosos fríos.
Holanda con 40,4 C (104,7 F) y Bélgica con 39,3 C (102,7 F) también registraron récords de calor y se pronosticaba lo mismo para las próximas horas en Gran Bretaña.
Los meteorólogos advirtieron que esto podría empezar a convertirse en lo normal, pero Europa, acostumbrada a temperaturas moderadas y donde el aire acondicionado es poco habitual, no está preparada para el calor que se espera en la región esta semana.
De tal modo, muchos turistas acaban saltando a las fuentes, mientras las autoridades tratan de ayudar a los ancianos, enfermos e indigentes, que son los más afectados por el calor.
En Holanda, el Instituto de Salud Pública y Ambiente emitió una «alarma de smog» para regiones que incluyen las ciudades densamente pobladas de Ámsterdam, Rotterdam y La Haya.
La calidad del aire en algunas regiones será «extremadamente mala» porque la falta de viento significa que la contaminación no se disipa y la luz del sol crea más ozono, dijo el instituto. Se pronostican temperaturas de hasta 40 grados centígrados (104 Fahrenheit).
En partes de Alemania, Luxemburgo y Suiza se pronostican temperaturas superiores a 40 C (104 F).
En Londres, las autoridades empezaron a repartir agua y crema solar a personas sin techo y abrieron centros de día para que pudieran descansar y ducharse.
Los turistas se reunían en torno a fuentes y canales en París.
«Hace demasiado calor. En Brasil, donde yo vivo, tenemos la playa, pero aquí, como no hay playa, podemos disfrutar de esta fuente», dijo Ederson Lista Vajes, un turista brasileño que jugaba con los chorros de agua en la plaza de Trocadero, frente a la Torre Eiffel.
Francia en particular estaba en alerta después de que casi 15.000 personas, muchas de ellas ancianas, murieran durante una ola de calor en 2003.
Desde entonces el gobierno ha introducido un sistema de alertas por colores para advertir a la gente cuando se espera que las temperaturas lleguen a niveles peligrosos en su zona y activar medidas gubernamentales de asistencia.
El sistema de alerta alcanzó su nivel más alto, rojo, por primera vez durante la ola de calor del mes pasado, en la que Francia registró su temperatura más alta de la historia, 46 grados centígrados. El jueves, un quinto del país estaba bajo alerta roja, desde el Canal de la Mancha a la región de París y a Borgoña.
Como los veranos en Europa suelen ser moderados, pocas viviendas tienen aire acondicionado. Tampoco es muy común en hospitales, comercios o restaurantes.
Los ventiladores eléctricos se vendían con rapidez en París estos días y los abanicos parecían haber vuelto, empleados por muchas mujeres en el sofocante metro.
Se espera que la ola de calor sea intensa pero breve, con descensos de temperatura el viernes y el sábado.
Los científicos dicen que conforme las emisiones de efecto invernadero siguen calentando el planeta, las olas de calor serán más fuertes y frecuentes.
Aunque es demasiado pronto para decir si esta ola de calor está relacionada con el cambio climático, un equipo de meteorólogos europeos hizo un análisis rápido de la ola de calor de junio en Europa y concluyó que el calentamiento provocado por el hombre las hacía al menos cinco veces más probables.