Según el portal OVD Info, especializado en el recuento de detenidos en manifestaciones, hasta el momento han sido detenidas 1.007 personas durante la protesta.
Por ahora, la Policía únicamente había reconocido 295 arrestos, de acuerdo con la agencia Interfax.
La protesta fue reprimida por todos los medios por las unidades antidisturbios.
Que eso iba a ocurrir quedó claro no solo por las duras advertencias en la víspera de la Policía y este mismo sábado del alcalde, Serguéi Sobianin, sino también por el intento de las autoridades en los últimos días y las últimas horas de descabezar la protesta con registros en las viviendas y sedes de campaña de varios opositores.
El principal líder de la oposición extraparlamentaria, Alexéi Navalni, fue detenido el pasado día 24 y cumple un arresto de 30 días por llamamientos a participar en la manifestación.
Incluso antes del inicio de la protesta fueron detenidos varios candidatos opositores a las elecciones locales cuyas candidaturas fueron rechazadas por la comisión electoral, entre ellos Dmitri Gudkov, antiguo diputado; Iván Zhdanov, director del Fondo de Lucha contra la Corrupción de Navalni, y Yulia Galiámina.
También fue detenida Liubov Sóbol, estrecha colaboradora de Navalni y actualmente en huelga de hambre por la decisión de las autoridades de no inscribirla como candidata a las elecciones municipales del próximo 8 de septiembre.
Los cuatro quedaron en libertad y se acercaron a la protesta, pero Sóbol, Galiámina y Zhadanov fueron arrestados de nuevo.
Las autoridades maniobraron desde el principio para impedir la manifestación de hoy, después de que acudieran a la del sábado anterior -que sí estaba autorizada-, unas 12.000 personas, según la Policía, y 22.400, de acuerdo con la organización Contador Blanco, especializada en el cómputo de manifestantes.
Ante la ausencia de un recuento alternativo, la Policía ha cifrado en 3.500 el número de asistentes a la marcha de este sábado.
En la céntrica calle Tverskaya, donde se encuentra el Ayuntamiento de Moscú, cientos de furgones policiales estaban aparcados a ambos lados de la avenida para llevarse a los detenidos.
Algunos fueron arrestados sin aparente motivo, como un hombre que practicaba deporte por la zona antes de que comenzara la protesta, un anciano que quería regresar a su casa y se le fue impedido el paso, o una mujer sentada en un banco.
Las fuerzas de seguridad cerraron los pasos subterráneos e impidieron con vallas y con cordones humanos el paso no solo a los manifestantes, turistas y transeúntes, sino también a periodistas.
Eso pese a que iban con chalecos identificativos y el Ministerio del Interior había prometido en la víspera garantizar el libre ejercicio de su trabajo durante la marcha, durante la cual la comunicación por redes sociales y aplicaciones de mensajería por Internet resultó prácticamente imposible.
En medio de la manifestación, agentes de la Policía irrumpieron además en el estudio de «Navalni Live», desde el que se transmitía la protesta, tal y como quedó evidenciado en las grabaciones de la cámara de seguridad que circularon inmediatamente por las redes.
Entre silbidos y abucheos, los asistentes gritaban sin éxito: «Dejadnos pasar», «Esta es nuestra ciudad» o «Estamos desarmados».
Y es que efectivos antidisturbios empujaron a los manifestantes con fuerza hacia calles aldeanas y otros formaron en paralelo tapones para impedir que se sumaran más manifestantes a la protesta.
En varias ocasiones recurrieron a la fuerza para despejar la zona, por lo que hubo unos 80 heridos, según medios locales.
Según documentó OVD Info, uno de los detenidos sufrió una lesión en una pierna, otro fue aporreado en la cabeza antes de ser metido en el furgón policial, un miembro de la organización «Rusia Abierta» fue tirado al suelo y golpeado, una mujer fue herida en la cabeza y un cámara de televisión acabó con la nariz rota.
El enfado de los manifestantes con las autoridades moscovitas y rusas por impedir a casi 60 candidatos de la oposición extraparlamentaria postularse a las elecciones municipales era palpable a medida que avanzaba la protesta.
«Vergüenza», «Rusia será libre» y «Putin, ladrón», gritaron en varias ocasiones. El Kremlin ha dicho que está al tanto de las denuncias de los opositores, pero ha asegurado que no intervendrá en el proceso electoral de Moscú.
La oposición acusa a las autoridades de manipular los miles de firmas recabadas durante las últimas semanas por sus candidatos al transcribirlas incorrectamente en el registro electrónico.
Mientras, la comisión electoral de Moscú incrimina abiertamente a los opositores de incluir en sus listas a más de 300 «almas muertas» y a casi 10.000 personas inexistentes.
La oposición democrática rusa ve los comicios municipales como un primer paso para intentar acceder a la Duma del Estado o Cámara de Diputados de Rusia en las próximas elecciones legislativas de 2021.