Convocada por el Grupo de Lima, que desde 2017 promueve una solución a la crisis en el país petrolero, acudirá a la conferencia una delegación de alto nivel enviada por el presidente estadounidense Donald Trump, conformada por su secretario de Comercio, Wilbur Ross, y su consejero de Seguridad Nacional, John Bolton.
También asistirán, entre otros, delegados del Vaticano, Francia, Alemania, Reino Unido, Australia, Corea del Sur, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Sudáfrica y 18 países latinoamericanos; pero no participarán China, Cuba, Rusia y Turquía, que fueron especialmente invitados porque pueden tender puentes con el régimen del presidente venezolano.
A la reunión no fueron invitados representantes de Maduro ni del líder parlamentario opositor, Juan Guaidó, a quien medio centenar de países reconocen como presidente encargado de Venezuela.
«A la fecha, 62 delegaciones (59 países y 3 organismos internacionales, para ver el tema de la reconstrucción en Venezuela) han confirmado su participación en la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela, que se realizará el martes», dijo la cancillería peruana en un comunicado divulgado el fin de semana.
Los organismos internacionales que enviarán delegados son la Unión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina (conocido anteriormente como Corporación Andina de Fomento, CAF).
«Diálogo creíble»
El Grupo de Lima invitó a un centenar de países «a nivel de cancilleres» a esta conferencia, dijo recientemente el canciller peruano, Néstor Popolizio, quien será anfitrión del cónclave, que se efectuará en un hotel de Lima.
Las invitaciones las cursó Perú a inicios de julio al instrumentar una decisión tomada por el Grupo de Lima en una reunión en Chile en abril.
No ha sido anunciada la llegada de cancilleres a Perú, lo que hace presumir que los países serán representados por sus embajadores en Lima o funcionarios de menor rango. Por ahora la delegación de mayor nivel es la de Estados Unidos.
A la conferencia fueron invitados China, Rusia, Turquía y Cuba, países que «queremos sean parte de la solución y no profundicen el problema», explicó el canciller peruano el 4 de julio en un encuentro con corresponsales extranjeros.
El propósito del cónclave «es que por primera vez nos sentemos todos los países, que en alguna medida, tenemos una vinculación con lo que está pasando en Venezuela», expresó Popolizio en esa ocasión.
«No aceptamos el uso de la fuerza para Venezuela» como solución «a la crisis política social y humanitaria», dijo el canciller al reiterar la postura del Grupo de Lima.
«El propósito es buscar un punto de convergencia, establecer un diálogo creíble que apunte a que se convoque elecciones en Venezuela», insistió.
Durante la gestión de Maduro iniciada en 2013, Venezuela se hundió en la peor debacle de su historia moderna, llevando a unas cuatro millones de personas a emigrar desde 2015, según la ONU.
Más de 800.000 venezolanos se han establecido en Perú, poniendo en aprietos a la red educacional, al sistema de salud y otros servicios públicos. Situaciones similares enfrentan Colombia y otros países.
El heredero del fallecido Hugo Chávez (1999-2013) achaca la crisis a una «guerra económica» y a sanciones de Estados Unidos, que incluyen un embargo petrolero desde abril. No obstante, la oposición denuncia la corrupción como el detonante principal.
Representantes de Maduro y Guaidó llevan adelante un diálogo en Barbados, con mediación de Noruega.
Hasta ahora ambas partes han tenido rondas de conversaciones en la isla caribeña y mantienen su compromiso de buscar una «solución acordada y constitucional», según dijo el viernes el gobierno noruego.
Durante la reunión del Grupo de Lima celebrada en Santiago el 15 de abril, el colectivo acordó «convocar en Lima a una Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela con la participación de todos los Estados que respaldan la recuperación democrática en ese país».
El Grupo de Lima fue creado en agosto de 2017 en la capital peruana para definir una postura común frente la crisis venezolana. Lo integran una docena de países latinoamericanos y Canadá.