El coronavirus fue reencontrado después de meses en objetos de hoteles u hospitales así como suspendido en el aire, pero hasta un reciente estudio no se había podido demostrar que las partículas virales estaban suficientemente intactas como para replicarse e infectar a la gente.
Un equipo de la Universidad de Nebraska consiguió por primera vez replicar partículas del SARS-CoV-2 extraídas del aire de cuartos de enfermos de COVID-19.
Eso refuerza la hipótesis según la cual el virus es transmisible no solo por salivazos, tos y estornudos, sino también por las microscópicas gotitas que las personas expelen cuando hablan o respiran y que son tan leves que quedan suspendidas en el aire durante mucho tiempo si no hay ventilación suficiente.
Los resultados son preliminares y no fueron revisados por el comité de lectura de una revista científica, que deberá confirmar que el método empleado es cualificado. El texto fue publicado el lunes 20 de julio en el sitio web medrxiv.org en el cual la comunidad científica puede comentarlo libremente.
El mismo equipo ya había prepublicado en marzo un estudio que mostraba que el virus seguía en el aire de cuartos de hospital que acogieron enfermos y ese artículo será publicado próximamente por una revista científica, según su autor principal.
«No es fácil», dijo a la AFP Joshua Santarpia, profesor de la Universidad de Nebraska, respecto a la tarea de recoger del aire partículas virales con un aparato del tamaño de un teléfono móvil.
«Las concentraciones son débiles, generalmente hay pocas posibilidades de recuperar muestras utilizables», explicó.
Los investigadores extrajeron aire de los cuartos de cinco pacientes. Estos hablaban, algunos tosían. Los científicos lograron hacerse de microgotas de menos de cinco micras de diámetro que contenían el virus e incluso lo encontraron en gotas de un tamaño menor a una micra (milésima parte de un milímetro).
Posteriormente, aislaron el virus y lo trasladaron a un entorno especial para que se replicase. Sólo consiguieron replicar tres de 18 muestras provenientes de microgotas de una micra.
Pero Santarpia está seguro: «Se replican en cultivos celulares y, en consecuencia, son infecciosos».
La controversia
Al principio de la pandemia, las autoridades sanitarias consideraban improbable que el nuevo coronavirus se transmitiese por el aire y estimaban que la principal vía de contagio era el contacto directo. Sin embargo, bajo la presión de la comunidad científica, la Organización Mundial de la Salud admitió el 7 de junio pruebas sobre la propagación aérea.
«El debate se tornó más político que científico. Creo que la mayoría de los infectólogos concuerdan en que la vía aérea es un componente de la transmisión aún cuando debatimos su importancia», afirmó Santarpia.
Linsey Marr, especialista en transmisión aérea de virus, dijo en Twitter que el estudio presenta «sólidas pruebas».
«Hay virus infeccioso en el aire. Falta saber cuánta cantidad se precisa respirar para ser infectado», apuntó.