Estados Unidos rechazó el martes por «ilegítimo» el nuevo Parlamento venezolano que asumió bajo control del partido del mandatario Nicolás Maduro, y reiteró su reconocimiento del opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
En una declaración, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, calificó de «farsa» las elecciones legislativas organizadas el 6 de diciembre por el gobierno de Maduro y desconoció su resultado.
«Este cuerpo elegido de manera fraudulenta ocupa ahora el Palacio Federal Legislativo en Caracas. Consideramos que este grupo es ilegítimo y no lo reconoceremos, ni tampoco sus pronunciamientos», indicó.
Pompeo dijo que para Estados Unidos, la única autoridad «legítima» en Venezuela son el Parlamento elegido «libremente» en 2015 y su jefe, Guaidó.
«El presidente Guaidó y la Asamblea Nacional son los únicos representantes democráticos del pueblo venezolano reconocidos por la comunidad internacional», subrayó.
Medio centenar de países reconocen la autoridad de Guaidó, quien en su calidad de jefe parlamentario invocó la Constitución y se declaró presidente interino de Venezuela en enero de 2019 denunciando la «usurpación» de poder de Maduro, en el gobierno desde 2013 y reelecto hasta 2025 tras cuestionados comicios.
Desde hace dos años, Estados Unidos ha encabezado una campaña internacional para sacar del poder a Maduro, a quien considera un dictador y un narcotraficante, y a quien acusa de la debacle económica de Venezuela, por la que unos 5,4 millones de personas dejaron el país, según la ONU.
«Hacemos un llamado a los partidos políticos venezolanos y a la sociedad civil, incluidos estudiantes, organizaciones religiosas, chavistas, familias de militares, trabajadores y empleadores, para que se unan en torno a la causa de una transición democrática pacífica a través de elecciones presidenciales y legislativas libres y justas», dijo Pompeo.
El secretario de Estado dejará el cargo el 20 de enero, cuando asumirá el presidente electo, Joe Biden. Maduro dijo en diciembre que espera abrir vías de «comunicación y diálogo» con el nuevo gobierno demócrata estadounidense.