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Los tontos útiles de Rafael Esquivel

Una teoría aún no probada asegura que fue Lenin el creador del concepto "idiota útil". El líder, dicen, se refería a los intelectuales occidentales -la mayoría norteamericanos- que eran invitados a la URRS para que sirvieran posteriormente de publicistas tras "comprobar" los logros soviéticos en educación y salud. No importa aquí la validación histórica sino el fondo de la trama, completamente aplicable a nuestro tiempo.

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El poder, sabemos, siempre tiene quien le coma el cuento.

Los tontos útiles, o los no tan tontos pero con ambiciones, son los que lanzan pequeños argumentos que intentan librar de responsabilidades a sus amigos. En las redes sociales lo vivimos a diario. Veamos como actúan. Si yo tuiteo «que tres locos lancen piedras en el estadio Olímpico no es culpa de Esquivel», no miento. ¿Puede detener directamente el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol la irracionalidad de un delincuente? No, no puede. Esa es una labor policial. Ahora bien, si modificamos la pregunta a «¿puede influir Esquivel para que un desadaptado tenga menos opciones de delinquir, adentro o afuera de un recinto deportivo?». Obvio, no solo puede, sino que debe.

El 11 de mayo de 2010, la entonces ministra del Deporte, victoria Mata, se reunió con Esquivel para «delinear» un plan que frenara los enfrentamientos en los estadios venezolanos. Como puede verse en esta nota oficial del Minci , Estado y FVF posaron para la foto, aunque poco más se supo de la iniciativa. Si el plan se concretó, con lo que ha sucedido cuatro años después, se evidencia su fracaso. Es revelador, no obstante que el retratado sea Esquivel y no un funcionario al que se le haya delegado el trabajo. Ergo, es y asume su compromiso.

Sin embargo, en el mismo 2010, Laureano González, vicepresidente de la FVF, aseguraba que el Consejo de Honor actuaba de manera independiente a la directiva para tomar las decisiones que fueran necesarias. Es decir, según esa lógica de autonomía, Esquivel no tenía vela en ese entierro.

La evidencia de la inoperancia la encontramos en 2012 y se desprende de una aseveración del mismo González. En una entrevista realizada por los medios del Estado, el Vicepresidente sentencia: «Este es el primer gobierno de Suramérica, por la experiencia que tenemos, que está tomando como se dice, el toro por los cachos. En otros sitios han esperado que hayan muertos y desastres. El título de artículo es tan pomposo como ilustrativo: «Venezuela será el primer país de la región que erradicará la violencia en estadios».

Dos años después, el 11 de diciembre de 2014 se instala la Comisión Conjunta de trabajo para erradicar la violencia en los estadios de fútbol, a través de la Comisión Permanente de Política Interior y Desarrollo Social. ¿La razón? La muerte de una fanático, durante una refriega entre seguidores del Deportivo Lara y Portuguesa.

Y, tres días más tarde presenciamos un cierre de torneo lamentable. Un campeón que en lugar de titularse bajo las luces de fuegos artificiales, lo hizo bajo el asfixiante humo de las bombas lacrimógenas. Los fanáticos de Trujillanos, en lugar de papelillo, fueron bañados por piedras. Es el colofón de un fútbol que 27 años después sigue teniendo el mismo apellido en el control de mando: Esquivel. Aunque para los tontos útiles, eso sea apenas una casualidad.

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