Invasión en Ucrania

Maduro apoya a Rusia contra Ucrania y Occidente: ¿qué significa eso para Venezuela?

Si el "apoyo total" a Rusia expresado por Nicolás Maduro supone pasos concretos, la cosas se complicarían para los venezolanos en caso de un conflicto prolongado. Hasta ahora las relaciones comerciales entre los dos países están limitadas a la compra de armas rusas por parte del chavismo y a cooperación petrolera, aunque ambos socios prometen ir más allá.

Ucrania, Rusia y Venezuela
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Pocas horas antes de la invasión de Rusia sobre Ucrania, iniciada en la noche de este miércoles 22 de febrero, Nicolás Maduro ratificó en un encendido discurso por TV lo que califica como todo el respaldo de Venezuela a Vladimir Putin contra Ucrania, Estados Unidos y la OTAN.

No ha quedado claro de inmediato en qué consiste «todo el apoyo», menos en una situación tan impredecible y rodeada de tanta incertidumbre como lo es esta guerra impulsada por Putin. (Según Maduro el líder ruso está respondiendo a una agresión de la OTAN).

Pero si ese discurso de Maduro va más allá de las recurrentes fanfarronerías del régimen chavista, el pueblo de Venezuela estará en problemas y podría resultar salpicado por un conflicto a miles de kilómetros de territorio americano.

“Venezuela está con Putin, Venezuela está con Rusia (…) Repudiamos y rechazamos todos los planes para rodear militar y estratégicamente a Rusia”, había dicho Maduro cuando la invasión rusa era inminente.

Un aliado enorme

Maduro obvia el hecho de que la Federación Rusa -el país con más extensión en el mundo- tiene fronteras terrestres de  20.241 kilómetros de longitud, y marítimas de 38.000 kilómetros. Rodear a un monstruo como éste sería difícil para el resto del mundo.

Pero su afirmación acerca del origen de esta crisis traduce o solidaridad automática con el enemigo de su enemigo (Occidente) desconocimiento, o simple interés en manipular la historia.

Las naciones que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pretenden acabar con Rusia y Putin busca defender la soberanía de su pueblo, según Maduro.

Rusia, Ucrania y Venezuela

Relaciones peligrosas

Una semana antes de esta escalada bélica que pone al mundo en ascuas, el vice primer ministro de Rusia Yuri Borisov, visitó Caracas en el marco de una gira por América Latina que incluyó encuentros con los presidentes de Argentina, Brasil, Nicaragua y Cuba.

Maduro también ratificó entonces su vehemente apoyo a Rusia.

«Venezuela es un socio estratégico de Rusia en América Latina. Nosotros valoramos altamente este carácter de aliados en nuestra coordinación en el ámbito internacional y el diálogo de confianza a nivel político», dijo por su parte Borisov.

Poco antes, tras otra reunión con el ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami, Borisov dijo que Venezuela es el mayor socio de Rusia en la región.

Maduro anunció que Rusia y Venezuela incrementarán sus planes de cooperación mutua.

Una puerta si retorno

Aunque es temprano para este tipo de precisiones, ya desde hace algunos días incluyentes políticos de Estados Unidos ponían el foco en estas relaciones de Rusia en América Latina.

Con el mazo de Rusia

La misma noche de la invasión le tocó a Diosdado Cabello. El considerado segundo hombre en la línea del poder en Venezuela, representante de la línea más dura y radical del chavismo originario, también dio total apoyo a Rusia contra Ucrania y Occidente.

«Creyeron que Putin estaba mamando gallo (faroleando), están acostumbrado a eso y Rusia es Rusia. Ojalá que no haya guerra, nosotros no queremos guerras en este mundo», enfatizó Cabello.

«A Rusia le corresponde cuidar su frontera», agregó Cabello en su controversial programa Con el Mazo Dando, un paredón de ataques contra opositores.

Llamar al diablo y verlo venir

El impacto a largo plazo de esta alianza de Maduro para Venezuela con Rusia está por verse, pues depende de la escalada de esta guerra, según se desprende de los primeros análisis.

Pero va más allá del fuerte aumento de los precios del petróleo (aunque Venezuela ha perdido fuerza en el mercado petrolero global). Justamente, gracias a aliados como Rusia e Irán, Maduro había logrado colocar exportaciones de crudo con grandes descuentos de precios.

Ahora le será más difícil completar estas ventas.

«Cuando la diplomacia es desplazada por el lenguaje de la guerra, las partes en conflicto exigen apoyo incondicional. Quien vacilé queda bajo sospecha», advierte el economista Víctor Álvarez.

«De la solidaridad de Maduro con Putin solo puede esperarse una extensión y endurecimiento de las sanciones financieras y comerciales que hará más difícil la recuperación de Pdvsa y la reactivación de la economía nacional», agrega

Perro que ladra

El profesor Evan Ellis, investigador en Estudios Latinoamericanos del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, señala que Rusia intenta proyectar una amenaza en el hemisferio que no es tal.

“Obviamente esos son proclamación de intenciones. Pero mientras mas ladra el perro menos muerde. Se nota cuando van repitiendo algo con mucha fuerza pero con menos detalles, que es más una provocación y menos algo bien pensado y con capacidad de hacer algo en el momento”, dijo en declaraciones a El Estímulo.

Ellis es autor de varios análisis sobre las relaciones geoestratégicas en América latina de actores como Rusia y China.

En enero pasado, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, cuando la crisis en Ucrania se intensificaba, amenazó indirectamente con el despliegue de fuerzas militares en Venezuela y Cuba.

Rusia y Venezuela

Nicolás Maduro posa en el palacio de gobierno de Miraflores con el vice primer ministro ruso Yury Borisov, durante su visita a Caracas, este 16 de  febrero. Foto: REUTERS/Leonardo Fernández Viloria.

«Sin embargo, pese a todo esto Rusia y Venezuela se pueden ayudar mutuamente. Es posible que Maduro podría reconocer diplomáticamente a estas nuevas republica en Dombás. Maduro podría recibir más armas rusas y buques de guerra para permitir a Rusia mostrar su capacidad de proyectar una amenaza en la cercanía de  los Estados Unidos. Pero no veo cantidades grandes de fuerzas, ni cosas impredecibles o altamente amenazantes como por ejemplo unidades nucleares», llegando a Venezuela, señala Ellis.

Sin capacidad en América

Como lo dice en su reciente artículo «a primera vista, la credibilidad de que Rusia despliegue capacidades militarmente significativas en esos dos países (Cuba y Venezuela) es dudosa, como lo señaló el asesor de seguridad nacional de Estados unidos, Jake Sullivan».

«Su capacidad militar y presupuestaria para sostener simultáneamente una presencia militar significativa en el hemisferio occidental es cuestionable y probablemente sería contraproducente en su capacidad militar, económica y diplomática para lograr los objetivos de una operación militar en Europa», señala.

Rusia ha tratado de utilizar amenazas militares en América Latina cuando se le desafía en su entorno cercano. En 2008, durante el conflicto promovido por los separatistas respaldados por Rusia en Georgia, desplegó por primera vez bombarderos con capacidad nuclear Tu-160 en Venezuela, seguidos más tarde por cuatro buques de guerra, recuerda.

Posteriormente, Putin volvió a enviar sus bombarderos Tu-160 a la región en el año 2013, cuando Estados Unidos y la Unión Europea presionaron a Rusia por su apoyo a las fuerzas separatistas en Ucrania, y por tercera vez en el año 2018.

De hecho, durante este último despliegue, el gobierno ruso declaró su intención de establecer una base aérea en la pequeña isla venezolana de La Orchilla, señala Ellis.

Presencia real

Para Ellis, la posición de Rusia en Venezuela «se encuentra posiblemente entre las más grandes y estratégicamente más significativas que este país tiene en la región», con dos ejes clave: la venta de armas y el petróleo.

Desde 2006 hasta la muerte de Hugo Chávez en el año 2013, Rusia vendió más de $11.000 millones en armas a Venezuela, incluidos tanques T-72, vehículos blindados BMP-3 y BTR-80, cazas Su-30, Mi-17 y helicópteros Mi-35, así como otros artículos militares finales, lo que convierte a Venezuela en el mayor socio militar de Rusia en la región.

A medida que se profundizaba la crisis política y fiscal del régimen venezolano y disminuía su capacidad para pagar sus cuentas, el compromiso militar de Rusia pasó de la compra de artículos nuevos al mantenimiento, las actualizaciones, la capacitación y otros tipos de apoyo, recuerda.

Petróleo

«En el sector del petróleo, aunque prácticamente todas las compañías petroleras de Rusia buscaron posiciones en el país durante la era de Hugo Chávez, incluidas Gazprom, TNK, Lukoil y Surgutneftegas, los problemas en el sector finalmente llevaron a todas a retirarse, vendiendo activos a Rosneft de Igor Sechin.

«Hasta donde sé hay muchas transacciones en el sector de petróleo de Venezuela, pero nuevas sanciones podrían afectar la capacidad de la industria rusa de comprar e intermediar petróleo de Venezuela. Eso podría impactar a Venezuela o su capacidad de financiar proyectos», destaca.

Impacto indirecto

El economista venezolana Natan Lederman, experto en manejo de datos y comercio internacional, destaca que la relación comercial real entre Rusia y Venezuela es muy pequeña.

En las estadísticas de la Organización Mundial de Comercio Venezuela aparece muy distanciada como país importador de Rusia, en la posición 186. Y como proveedor a Rusia ocupa la posición 177.

«Es decir, que desde el punto de vista del comercio no es mucho el impacto de estas sanciones en el comercio internacional de Venezuela», señaló a El Estímulo.

Algunos analistas temen que Venezuela se verá directamente afectada por el bloqueo financiero y comercial que le espera a Rusia tras la agresión a Ucrania.

Paradójicamente, serán los propios países de Europa, Asia y América que impondrán las sanciones los más afectados.

Las importaciones de Rusia desde el bloque europeo representan 30% del total. Mientras, sus exportaciones representan 40% del total, incluyendo Estados Unidos que representa el 5.3% de las exportaciones rusas y es su cuarto socio comercial, señala Lederman.

«El impacto puede venir por el efecto de las sanciones de este conjunto de países en su comercio y ya viene ocurriendo a través de un mecanismo de transmisión más rápido que es el mercado de capitales y el sistema financiero internacional. Como es sabido hay varios bancos rusos objeto de sanciones y por su parte la bolsa rusa se ha desmoronado. El problema es su impacto adicional sobre el resto de los mercados de renta variable en Estados Unidos, Europa y Asia», dice Lederman.

El principal socio comercial de Rusia es China que representa el 17.3% de sus exportaciones y el 23.5% de sus importaciones, acota.

Petróleo y balas

Pero, Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo, detrás de Arabia Saudita. Desde que se agravó la crisis  y era inminente la invasión de Rusia a Ucrania comenzaron a dispararse los precios del petróleo y el gas. Con las sanciones se agudizará esa tendencia, coinciden varios analistas.

Como señala el economista William Hauk, profesor asociado  de la Universidad de Carolina del Sur, en un artículo en The Conversation, los propios ucranianos van a pagar los peores costos de la invasión rusa en términos de pérdidas de vidas, costos económicos y potencialmente en la pérdida de su gobierno.

«Pero el conflicto, aunque parezca lejano, tendrá un impacto en la gente de todo el mundo», señala.

Y, en este mundo globalizado, se acelerará el alza de los precios de los alimentos, algo que impactará por cierto a Venezuela, que depende de los graneros del mundo.

Ucrania produce el 16% de todo el maíz del mundo y el 12% del trigo (dos productos que Venezuela importa masivamente).

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