Opinión

Guía para sobrevivir a la Semana Santa venezolana

La Semana Santa 2016 está diseñada para quedarse (y sufrir) en casa. Los cortes de luz, la falta de agua, la inflación, las colas, la delincuencia y la escasez obliga a los venezolanos a vivir una especie de condena a domicilio gracias a un decreto firmado en Miraflores. Le ofrecemos una guía para sobrevivir a las fiestas religiosas inspirada en Dante Alighieri y su Divina Comedia. El infierno, el cielo y el purgatorio vivido en casa.

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FOTOGRAFÍA: ANDREA HERNÁNDEZ

Escrita hace 700 años, la Divina Comedia es considerada una de las obras cumbres de la literatura universal. A partir de lo que llama travesías, Dante hace nexos entre lo humano y lo divino. El florentino relata a través de nueve círculos las penas, las alegrías y los tormentos del alma humana. En esos lugares viven o malviven, de acuerdo al sitio donde se encuentren.

Vivir o malvivir. Estar en el cielo o en el infierno. Cuando se trata de sobrevivir, esas diferencias no se sienten. Si hablamos de Venezuela, las travesías contadas por Dante parecen ser un relato largo de lo que uno padece a diario. Aquí le ofrecemos una especie de guía para enfrentar la Divina Comedia con calor venezolano:

Infierno

Para Dante, el infierno tiene forma de embudo que se estrecha a medida que uno va descendiendo. Dante habla de los vicios que uno enfrenta cuando está sumergido  en este mundo. Y si de vicios se trata, la Semana Santa está diseñada para cometerlos. Sonará hereje en estos días religiosos, pero no hay mejor vía para olvidar las penas que desatando los placeres. La ira y la lujuria pueden ser acompañantes en esta semana donde el ocio apareció en Gaceta Oficial.

– Lujuria: Este es el espacio donde conviven los suicidas por amor. Cleopatra, Aquiles o Helena están en ese mundo, según Dante. No le sugerimos que acabe su vida por desamor. Pero sí que aproveche estos días para desatar sus energías con buenas dosis de sexo con su pareja. Y si no la tiene… consulte a UB.

– Ira: Dante habla de un pantano donde están las almas desnudas que se arrancan la piel por su enojo. En Venezuela, eso se puede ver en una cola de Mercal o tener ese sentimiento cuando ve a Jorge Arreaza diciendo que se consiguen las medicinas al llamar al 0800SALUD.  La ira puede servir si la canalizamos bien. Por eso, sugerimos que haga mucha actividad física. Trote, salte, cante, camine (sabemos que no hay sitios seguros) o baile. Pero descargue la mala vibra que lleva por dentro.

– Gula: Dante habla de un mundo donde llueve agua negra. Aquí en Venezuela no hay agua potable. Llega marrón cuando se ve en los grifos y la comida ni se ve en los estantes de los supermercados. Así que mejor saltamos este mundo al estilo Mario Bros.

– Derroche: Aquí se encuentran las personas que, en vida, derrochaban el dinero con despreocupación. (Ya sabemos quién debería estar aquí). Lo único que tienen actualmente los venezolanos para derrochar es imaginación para sortear sus preocupaciones. Por eso utilícela para estirar el dinero hasta finales de mes. Piense en la manera más barata (y segura) para llevar la semana. Un sitio público no tan deprimente como el Parque del Este o un centro cultural al aire libre que escapa del racionamiento Corpoelec puede ser la solución.

– Herejía: Aquí se encuentran todas aquellas personas que no creían que había vida después de la muerte. En Semana Santa, sepárense de los herejes de Dante. Saque de su agenda a los desesperanzados, amargados o los monotemáticos del desastre. Aunque sea por un par de días. Recuerde que estamos en días de «reflexión».

-Violencia: Dante reúne en este círculo a los asesinos, a los blasfemos y los suicidas. Ya hemos visto muchos de estos en las calles. Así que trate de confinar a este grupo en su hogar, a través de las serie de TV por cable.

– Traición: Aquí encontramos cuatro tipo de traidores (los que van contra sus parientes, la patria, los huéspedes y los que sorprenden a sus mentores). En Venezuela, hemos visto mucho a este tipo de gente. Así que esté alerta. Sea precavido en la calle, piense bien a quien invita a su casa. Un Ricardo Sánchez siempre puede estar tocando su puerta.

Limbo o Purgatorio

Dante lo describe como una montaña de siete círculos. Es un lugar donde se sufre temporalmente, donde se purgan las penas y cada uno de los círculos corresponde a un pecado capital. En este viaje se purga la soberbia, la envidia, la ira, la pereza, la avaricia, la gula y la lujuria. Si las cosas son como las dice el viajero italiano, entonces llevamos purgando nuestros pecados desde hace años.

En Semana Santa, no peque de soberbio al creer que estando en casa se escapará de la crisis. Recuerde que un apagón, los tres días de sequía de Hidrocapital o un malandro vestido de trabajador de Cantv puede alterar su confinamiento hogareño. No sea envidioso. Si ve a su vecino haciendo parrilla no le desee mal. Trate de colarse. Sea amable, lleve sangría u otra bebida «barata» y -a lo mejor- será recompensado con la proteína que tanto le hace falta. Tampoco envidie a quienes se van a la playa. Recuerde las colas y los platos de pescado frito con repollo mal lavado de 8.000 bolívares. Ahí no hay nada que envidiar.

Ya hablamos de la ira, la avaricia, la gula y la lujuria y las maneras de canalizarlo. Pero quedémonos con la pereza. En Venezuela ese pecado no debe  desaparecer. Más bien, debe cultivarse. Una persona que pasa tres horas a la semana en una cola, sudado y sin posibilidad de bañarse; y oyendo a un imbécil en cadena nacional diciendo que el país exportará carros Toyota cuando no hay ni bujías, merece estar entre sábanas toda la semana.

Paraíso

Es a donde se dirigen las almas puras y limpias de pecados, que por fin llegan al tan ansiado cielo. A diferencia de los otros mundos, el paraíso no está dividido en círculos, sino en cielos. Ellos son representados en planetas y el sol. Dante viajó al infierno y al purgatorio con Virgilio. En el cielo, está acompañado por Beatriz, su gran amor. En el paraíso coinciden valores y sentimientos como la prudencia, el amor, el gozo y la esperanza. Dante explica en este mundo la vida después de la muerte desde distintos ángulos. Decir cómo es el paraíso y cómo se llega a él, no nos corresponde a nosotros. Lo único que pedimos es que sea feliz sin dañar al otro. Recuerde que Dante contempló a la Comedia como los actos cotidianos de los seres humanos con finales felices. Y, al final, la vida trata de eso.

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