Opinión

Crisis económica: luce difícil, pero es fácil resolverla

En medio de la actual contracción económica, resulta totalmente contraproducente pretender equilibrar la gestión fiscal a través de una reforma tributaria que desincentive aún más la inversión. Sobre todo cuando es posible equilibrar el Presupuesto a través de las siguientes medidas que el Gobierno tiene al alcance de la mano:  

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Foto: Andrea Hernández

-Para aumentar los ingresos: unificación cambiaria para generar más bolívares por cada petrodólar, fijar un precio justo para la gasolina, reactivar el cobro de peajes, revisar los Acuerdos de Cooperación Energética, racionalizar arancel de aduanas y mejorar la recaudación de los diferentes impuestos.
-Para reducir los gastos: reducir el gasto militar, sustituir los ineficientes subsidios indirectos por subsidios directos a los hogares pobres, sincerar la tarifas de servicios públicos, reprogramar la ejecución y pago del componente en divisas de las obras contratadas a Brasil, China, Irán, etc., desestatizar las empresas expropiadas que terminaron quebradas por el burocratismo y la corrupción y mejorar la eficiencia del Presupuesto Público a través de una frontal lucha contra la corrupción.
El equilibrio monetario
Con inflaciones de 56% en 2013,  68 % en 2014 y 180 % en 2015 y tasas de interés de apenas 10 %, nadie quiere ahorrar en bolívares. Por eso los agentes económicos tienden a proteger el poder de compra de sus bolívares comprando dólares, y esto aviva cada vez más la incesante llama del dólar paralelo.
Para recuperar el valor del bolívar y contribuir a derrotar la inflación basta con cumplir el artículo 320 de la CRBV que plantea claramente que: “En el ejercicio de sus funciones, el BCV no estará subordinado a las directivas del Poder Ejecutivo y no podrá convalidar o financiar políticas fiscales deficitarias”: El cumplimiento de este mandato constitucional permitirá:
-Erradicar financiamiento monetario del déficit fiscal.
-Restaurar la autonomía del BCV en la emisión de dinero y manejo de las reservas internacionales.
-Retomar la Coordinación Macroeconómica.
Las distorsiones cambiarias
Para generar nuevas fuentes de divisas que compensen el colapso del ingreso petrolero y alivien las presiones sobre el mercado paralelo se requiere:
-Unificación cambiaria a un nivel que exprese la verdadera productividad de la agricultura e industria.
-Superar el control de cambios como instrumento de dominación política: transparencia.
-Políticas tecnológicas para fortalecer la competitividad del sector transable.
Como la tasa de cambio es una relación entre dos monedas –en este caso bolívares por dólares-, se puede fijar el precio del dólar tomando como referencia la tasa de cambio implícita que resulta de dividir la liquidez monetaria entre las reservas internacionales (LM2/RI). Esta división da un monto aproximado de 300 B/$, precio que ya alcanzó la divisa complementaria (Dicom o tasa Simadi) y es menos de un tercio de lo que cuesta el dólar paralelo que -como hasta el propio gobierno lo ha reconocido-, se ha impuesto como la tasa de cambio marcadora en el proceso de formación de precios. Así, los precios se calcularían con base en una tasa mucho menor al paralelo, razón por la cual el auge inflacionario se desaceleraría e, incluso, muchos precios pudieran bajar.
La caotización de los precios
Los rígidos controles desestimulan la producción, cuestión que en gran medida explica los problemas de escasez que atormentan a la sociedad venezolana.Para corregir estas distorsiones y restaurar el mecanismo de formación de precios se requiere:
-Erradicar incentivos perversos que distorsionan la formación de los precios (asignación de $ preferenciales que se “desvían” y no se reflejan en el PVP).
-Sustituir ineficientes subsidios indirectos que no llegan a la población y estimulan contrabando de extracción agravando la escasez.
-Deben predominar los mecanismos de mercado para la formación de precios (Sundde no tiene capacidad para fijar todos los precios).
-Precios justos que permitan recuperar costos de producción y generar excedentes para financiar la reproducción ampliada y remunerar la inversión.
Políticas sectoriales
En los últimos tres años, los grandes ausentes en la Agenda de la Política Económica han sido las políticas sectoriales, particularmente las políticas minera, agrícola, industrial, comercial, tecnológica y de competitividad. El Poder Ejecutivo cuenta con una amplia gama de instrumentos para armar potentes y eficaces políticas sectoriales, tales como: incentivos arancelarios, fiscales, financieros y  cambiarios; compras gubernamentales y suministro de insumos básicos al sector transformador; incentivos para fortalecer capacidades tecnológicas y para la capacitación técnica y gerencial; apoyo a las exportaciones a través de la inteligencia de mercados,  promoción,  financiamiento; inversiones para mejorar la infraestructura y servicios de apoyo a la producción.
Si el Gobierno rompe la inercia y logra hacer un uso inteligente de este margen de maniobra, podrá crear un ambiente más propicio a la inversión productiva que permita superar los graves problemas de escasez, acaparamiento, especulación e inflación que atormentan a la población y han puesto al país con las reservas de petróleo más grandes del mundo al borde de una crisis humanitaria y de gobernabilidad.]]>

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