Opinión

¿Qué se necesita para ser feliz?

El coach Ricardo Adrianza ofrece 5 claves para ser feliz, independientemente del dinero que se tenga

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Se que muchos relacionarán el título de este artículo con amasar una fortuna que te permita acceder a lujos y diversión, pero en modo alguno ser feliz trata de eso. Si bien almacenar mucho dinero es un aliciente que te inyecta una sensación de control de tu vida; debo enfatizar que el dinero no te permite comprar emociones o estados de ánimo. ¡Y he allí el quid del asunto!

Concuerdo que, si almacenas suficiente dinero, puedes organizar mejor tus opciones y buscar tu propósito con la tranquilidad o el piso que te da la garantía económica. Sin embargo, como he mencionado, no intento escribir acerca de un manual de cómo ser millonario, pero si compartir unas pautas que te ayuden a transitar un mejor camino para la construcción del bienestar.

Numerosas investigaciones aportan un dato relevante en la disyuntiva planteada: hay un umbral a partir del cual ganar más dinero no proporciona más felicidad. En conclusión, no todo depende de la estabilidad económica, por tanto, se impone explorar otras opciones que garanticen la complementariedad.

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Hay un umbral en que tener dinero no proporciona felicidad. Foto Karolina Grabowska / Pexels

¿Ganar dinero es sinónimo de felicidad?

Siempre he comulgado con la teoría de que quien define el dinero como el objetivo de vida y paso fundamental para alcanzar algo tan esquivo como la felicidad, sufre en el intento.

Ganar dinero es una consecuencia del esfuerzo continuado y planificado, en definitiva, una consecuencia que se deriva del esfuerzo, de la paciencia, de estar en el momento y sitio adecuado y por supuesto de la capacitación. Habrá otros elementos –la Venezuela revolucionaria encontró otras formas– pero al menos yo no conozco otra fórmula que no incluya el esfuerzo como motor.

Si esto no fuera así, me pregunto: ¿por qué tantas noticias funestas de personajes públicos famosos que decidieron quitarse la vida o muestran su infelicidad en los medios a pesar de estar económicamente estables?

Vamos más allá. El porcentaje de pobreza a nivel mundial es calculado en alrededor de un 85%. Sin embargo, los datos relacionados con la felicidad indican que un 63% de adultos reportan ser felices. Es evidente que estas concluyentes cifras respaldan la teoría de que el dinero no da la felicidad, al menos no la felicidad plena.

Disfrutar lo que se posee

Yo considero que para ser feliz no necesitamos tanto, se puede ser feliz con poco. Pero indudablemente esta consideración debe acompañarse con estar consciente de nuestras limitaciones, ajustando las expectativas a tu realidad vivencial, que no es más que disfrutar tremendamente de lo que posees en el momento presente.

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Cortesía Uncoveredlens / Pexels

Se dice fácil y no lo es tanto cuando las deudas nos arrasan. Por otro lado, debo admitir que las sociedades donde vivimos y el criterio de felicidad que las definen, también influyen.

Por ejemplo, la sociedad americana relaciona mayormente el concepto de felicidad con la compra de bienes a costa de un esfuerzo desmedido de trabajo que implica solo un día de descanso a la semana. Te pregunto: ¿esto necesariamente es ser feliz?

Los europeos, en contraste, lucen como una sociedad madura y están más conscientes de dejarle un buen espacio al disfrute, quizás por la influencia que ha dejado los horrores de las guerras y las limitaciones que por muchos años vivieron.

Los europeos han aprendido a no trabajar tanto y dejar espacio para el disfrute. Foto cortesía Kampus / Pexels

5 claves para ser feliz

Dicho lo anterior, creo que queda claro que mi visión sobre el aspecto económico es complementaria, de allí que me atrevo a compartir contigo algunos atributos que estoy seguro te pondrán en ruta para la construcción de tu bienestar:

1. Toma las cosas con calma. Vivimos la vida con demasiada prisa. Pocas veces nos desconectamos y eso, queridos lectores, es mortal para la generación de ideas y aportar eficacia a lo que hacemos.

No digo que no te esfuerces, hacerlo es necesario. Pero si te digo que desconectarte es una obligación que te permitirá transitar por los espacios de la diversión, potenciará tus ideas y te reportará paz y tranquilidad.

Foto cortesía Juliano Astc

Si, por el contrario, quieres conectar con algo, busca una actividad que te sumerja en un estado de bienestar profundo y no la elimines de tu rutina. Respetar tu tiempo y aprender a decir que no cuando se debe, son dos elementos que se incluyen en esta fórmula.

2. No preocuparse tanto. Este apartado va en sintonía con no anticipar los problemas. En pocas palabras, alejarte de la ansiedad. ¿Cuántas cosas que te preocupaban la semana pasada no han sucedido?

¡La preocupación nunca cura nada, pero al mismo tiempo te roba la vida!


3. Vive en el presente. Aunque este postulado te resulte trillado y “come flor”, vivir en el presente tiene un sinfín de beneficios y te permite valorar los pequeños momentos. Deja de lamentarte por el pasado y pon todas tus fuerzas en hacerlo bien cada día, así no habrá pasado que lamentar.

4. Sonreír. Reír más es obligatorio. Los tropiezos diarios nos han robado las ganas de hacerlo. Sus beneficios en la salud y relaciones son muchos. Además, sonreír es gratis.

Sonreír es gratis y trae muchos beneficios. Foto cortesía Anastasia Shuraeva / Pexels


5. Agradece siempre. No podía cerrar esta bitácora de acciones sin referirme a esta maravillosa virtud que defino como “el regalo silencioso”.

Agradecer es un pilar constructor del bienestar y un potente intangible que lleva tu Ser a otra escala. Agradece las pequeñas cosas que se te presentan en la vida, y a través de ese acto, incorpora en tu quehacer diario una afirmación constante de lo bueno y lo que importa.

Una cosa más


Tal vez esta lista resulte corta para justificar lo que pretendo dejarte en este artículo. Pero si lo miras bien, la esencia de todo es procurar poner de bastión principal el “que es lo más valioso para ti, qué no estás dispuesto a ceder”. Esto te permite ver la existencia con otra perspectiva y centrar el ritmo de tu vida desde el Ser.

¡Ah, algo más! No pretendas enrumbarte en este camino si no das. Quien da, recibe y recibe de sobra. Eso sí, no te olvides de que, en todas las formas de construcción del bienestar la humildad debe formar parte de la ecuación.

No te afanes por la perfección, simplemente embárcate en el camino del bien y practica la sabiduría de lo que somos – humildad – en cada instante de tu existencia.

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