Política

Buen gobierno, bien común

El objetivo de la política, de la acción de gobierno, debe tener siempre su foco en el bien común. Eso es lo que hace la diferencia

Publicidad
bien común

El sentido de la política es el mismo de la vida en sociedad, la procura del bien común.

La idea no es nueva: desde 1337 en la Sala de los Nueve del Palacio Público de Siena, sede histórica del gobierno de esa ciudad antigua y bella, los frescos de Ambrogio Lorenzetti muestran las alegorías del buen gobierno y el mal gobierno, así como sus efectos. El buen gobierno es magnanimidad, templanza, justicia, sirve a todos y produce buenos efectos en paz, armonía, trabajo y prosperidad. El mal gobierno, en cambio, arbitrario y corrupto, se sirve a sí mismo y produce violencia, pobreza, ruina y decadencia de la ciudad. Produce, porque las genera, no son una consecuencia accidental .

“Buenas prácticas de gobierno” es un término al uso que nos recuerda un deber esencial del político en funciones de gobierno o de representación: cuidar que no se abra demasiado la distancia entre los buenos principios y las acciones, para que esa realidad humana concreta que es la sociedad política, en el caso de la sociedad municipal o local, la escala más cercana al hombre y la mujer, mantenga su rumbo perfectible hacia el bien humano concreto que es el bien común.

Buen gobierno hoy es respeto, convivencia en paz y libertad, condiciones para que cada uno cree, trabaje, progrese y solidaridad para que nadie se quede afuera, para que no se cierren puertas ni se agreguen obstáculos a la realización personal de cada uno ni la procura en comunidad del desarrollo que es un concepto integral con ámbitos social, político, económico, cultural.

Lo anterior es el resultado, como en el fresco de Lorenzetti, de acciones concretas como más y mejor justicia; Derechos Humanos efectivamente vigentes; lucha contra la corrupción; relación con el medio ambiente como legado a las futuras generaciones; y protección al ciudadano.

En este marco, en el Instituto Fermín Toro invitamos a tres alcaldes venezolanos de regiones y partidos democráticos distintos y ciudades con realidades diferentes. Rafael Ramírez de Maracaibo, Javier Oropeza  de Torres, en Lara, cuyo centro es la histórica ciudad de Carora, Elias Sayegh de El Hatillo, junto a Emily Rojas, vice alcaldesa del Cantón de Poás, visitante desde nuestra fraterna Costa Rica a conversar desde sus experiencias, acerca de lo que se hace y se puede hacer, en la práctica, por un buen gobierno para todas y todos.

Ante un público de dirigentes políticos, funcionarios municipales, docentes y expertos en la materia, se produjo un diálogo rico, ilustrativo, de alto valor tanto informativo como formativo. Cuando hay objetivos claros, capacidad y voluntad de hacer en alianza con sectores de la sociedad, es posible realizar gestión, aún en las condiciones más adversas.

El sentido de la política es el mismo de la vida en sociedad, la procura del bien común. Las dificultades son desafíos, nunca excusas.

Publicidad
Publicidad