Opinión

La neurociencia de la confianza

Las empresas que fomentan la confianza con y para los empleados aumentan sus niveles de productividad y reducen la rotación de personal. El coach Ricardo Adrianza comenta 8 acciones para lograrlo

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Andrea Piacquadio / Pexels |Composición de imagen: Yiseld Yemiñany

En mi artículo anterior concluí que el factor confianza es clave para el desarrollo integral de una persona y para crear entornos emocionalmente sustentables.

De cierta forma mi artículo refería algunos ejemplos de “la vida misma”, sin apoyarme en tecnicismos innecesarios. Mi idea principal era alertar, como lo hice, que esta habilidad no debe ser ignorada y que es clave para desarrollar organizaciones sólidas, donde el compromiso de colaboradores no tenga cuestionamientos.

La confianza como hecho científico

Ahora bien, para redondear esa idea y procurar complementar con recursos científicos, me referiré a un artículo del mismo nombre que este, publicado por Paul Zak –director fundador del Centro de Estudios de Neuroeconomía y autor del libro Trust Factor: The Science of Creating High-Performance Companies–, en el cual destaca los resultados de una larga investigación donde demuestra que generar altos niveles de oxitocina facilita la colaboración y el trabajo en equipo, con resultados realmente alentadores para los líderes de empresas.

Las cifras reflejadas en sus estudios son contundentes cuando compara empresas que son percibidas por sus empleados como confiables con otras no confiables.

En resumen, el personal de las empresas de alta confianza informa un 74% menos de estrés, un 106% más de energía en el trabajo, productividad un 50% más alta, un 13% menos de días de enfermedad, un 76% más de participación, un 29% más de satisfacción con sus vidas y un 40% menos de agotamiento.

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Foto Rebrand Cities / Pexels

No sé a ustedes, pero con semejantes estadísticas y en medio de la vorágine de inflación que incide directamente en el compromiso de trabajadores, lo menos que podemos hacer es investigar las pautas o acciones que generan semejantes números y que incide directamente en el aumento de flujo de oxitocina.

¿Qué es la oxitocina?

Ahora bien, para aterrizar y explorar más conscientemente este estudio, primero debemos aclarar ¿qué es la oxitocina?

La oxitocina es una hormona que se sintetiza en una pequeña región del cerebro llamada hipotálamo y que está involucrada en el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales y podría estar involucrada en la formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas. Generalmente, para liberarla, es necesaria el desarrollo de relaciones positivas.

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Se le conoce también como la “hormona del abrazo” y muy relacionada con las funciones de parto y lactancia. En este punto, para activar altos niveles de esta hormona, la promoción de eventos que impulsen la camaradería y trabajo en equipo son indispensables.

Dicho la anterior y develada la influencia de esta hormona en las relaciones, es preciso enumerar las pautas identificadas por Zak en su estudio, para crear una cultura de confianza y construir una fuerza laboral más feliz, leal y productiva.

Reconozca la excelencia. Esta pauta va muy relacionada con uno de los dominios de influencia identificados por el creador del modelo SCARF de neuroliderazgo, el Dr. Rock. Reconocer el buen trabajo después que se cumple un objetivo es crucial para generar confianza y más aún si este es compartido en público.

Inducir el estrés por desafíos. Se ha demostrado que cuando miembros de un equipo necesitan trabajar juntos para alcanzar una meta, la actividad cerebral coordina sus comportamientos de manera eficiente. Eso sí, esta acción es favorable si el proyecto o tareas asignadas son alcanzables y tienen un punto final en concreto.

Foto Fauxels / Pexels


Dé a la gente discreción en la forma en que hacen su trabajo. Es indudable que para delegar un trabajo a alguien es necesario capacitarlo, lo que les permitirá ejecutar proyectos con mayor soltura y asumir mayores responsabilidades. Eso, es el primer paso. Pero la clave para estimular la confianza es promover la autonomía; es decir, permitirles participar en la planificación y en lo posible, que ejecute el proyecto a su manera.

Construya relaciones intencionadamente. En las normas de trabajo continuamente nos llueven mensajes de que debemos centrarnos en completar las tareas, no en hacer amigos. Si bien el espacio laboral no se trata de un club social, la neurociencia ha demostrado el carácter social de nuestro sistema nervioso. Por lo tanto, cuando la gente construye vínculos sociales intencionalmente en el trabajo, su rendimiento mejora.

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foto Tima Miroshnichenko / Pexels

Estas son algunas de las 8 acciones sugeridas para promover el aumento de oxitocina y, por ende, de la confianza. Otras acciones aluden a facilitar a los empleados que elijan los proyectos donde quieren trabajar, compartir la información en términos generales y facilitar su capacitación.

Está muy claro que esas acciones redondean la máxima de establecer la mayor sinergia entre la percepción de colaboradores y las intenciones del líder.

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Foto Andrea Piacquadio / Pexels

En nuestra Venezuela se han implementado muchas otras acciones más directas y que benefician el bolsillo de colaboradores. No obstante, aunque efectivas en su momento, se ha demostrado que son de poca durabilidad y no fomentan el compromiso que se busca a largo plazo.

Lo que sí es indudable, aunque muchos postulan que solo el dinero engancha a los trabajadores bajo una economía como la nuestra, es que la puesta en marcha de las pautas anteriores debe ser acompañada de un toque de vulnerabilidad de los líderes.

No pretendas influir si no te muestras cercano y vulnerable, lo que significa, entre otras, pedir ayuda cuando sea necesario en lugar de solo ordenarles que hagan cosas. Eso, les aseguro, estimula la comprensión mutua, el trabajo en equipo y el aumento de la confianza.

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