Opinión

Motivación: ¿automotivarse o que te motiven?

El coach ofrece 4 claves para que las personas puedan automotivarse y lograr el éxito en lo que emprenden

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Cortesía Pexels / Composición de imagen: Yiseld Yemiñany

Está claro que la motivación –definida como el conjunto de factores internos y externos que determinan en parte las acciones de una persona– es un elemento fundamental por su influencia en la eficacia de colaboradores y en el incremento de la productividad en las empresas.

Particularmente, en nuestro país, muchos monetizan su concepto al enfatizar que el primer factor disuasivo para la captación y retención del personal es ofrecer salarios competitivos y acordes con el costo de la vida. Y no es para menos, la vorágine inflacionaria de los últimos años es un detonador importante para inocular esa reflexión en una mayoría importante de personas que ven como sus esfuerzos en el trabajo se diluyen en unas pocas bolsas de supermercado.

No obstante, esa aseveración no es del todo cierta si nos apoyamos en encuestas e investigaciones. Si ahondamos en esta disyuntiva, las tendencias mundiales determinan que las principales razones por las que una persona accede o se mantiene en un trabajo son variadas, y aunque el salario es uno de los atributos, no supone el principal.

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Foto Andrea Piacquiadio / Pexels

Así vemos como en el proceso de captación las empresas ofrecen el claro compromiso de invertir en capacitación de los aspirantes y en ofrecer organizaciones donde se fomenten relaciones positivas, con un claro propósito o misión. En cuanto a los factores que influyen en la no retención, se identifican fallas en el liderazgo y procesos rígidos y mal diseñados. Como hemos visto, en ambas circunstancias el factor dinero no se presenta, no al menos en el podio de “razones para mantenerse en una organización y, además, motivado”.

La motivación, asunto de todos

Todo lo anterior me lleva a la reflexión planteada en el título de este artículo: ¿es responsabilidad de líderes motivar a sus empleados o, por el contrario, la responsabilidad recae en los colaboradores?

Bajo esta premisa mi postura es equilibrada: para fomentar organizaciones emocionalmente sustentables se necesita el concurso de líderes y colaboradores, cada uno bajo los umbrales de responsabilidad y de sus posibilidades dentro del entorno o ambiente laboral.

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Foto Yan Krukau / Pexels

De nada sirve una ingesta de buenas acciones de la empresa y de su liderazgo si, por alguna razón, se tropiezan con empleados con poca motivación o con bajo impulso para crecer. Y considero que, ¡allí está el quid del asunto!

Soy de los que predican que la responsabilidad del liderazgo es muy clara, y que su principal misión es influir de la mejor manera y acompañar el crecimiento de su personal. Este acompañamiento, además, no debe ignorar que para influir más y mejor, el líder debe adaptarse a las características de sus colaboradores y no al revés, a la par de potenciar sus cualidades para gestionar las emociones de estos en el sitio de trabajo.

¿Qué hacer?

Lo anterior es muy necesario y diría, irremplazable. Ahora bien, esas acciones, tendentes a impulsar a sus trabajadores a iniciar acciones para encaminarlos a conseguir objetivos específicos, no tendrían efecto alguno si el empleado no está ni quiere estar motivado.

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Foto The Lazy Artist / Pexels

Desde el punto de vista del empleado, el éxito para automotivarse –aunque está relacionado con las acciones de la empresa– debe combinarse o encontrarse con el compromiso sincero de caminar la ruta laboral trazada con la mejor disposición o apertura. En pocas palabras, pensar en positivo e identificar los factores para experimentar un sentido de realización, significado y progreso en el trabajo. Sin estos ingredientes, parten en desventaja, en ese pasaje tan difícil que es mantenerse con aspiraciones de crecer y desarrollarse en una empresa en particular.

Agregaría otros elementos más, que suman a la acción de automotivarse:

Recordar las razones de tu elección. Muchos se dejan llevar por las opiniones de los demás y esa circunstancia hace mella en la motivación. Es lógico que esto suceda en las organizaciones pues existen los baches normales o malentendidos. En lugar de engancharte y quejarte, busca validar lo que ocurre con tus superiores y revisa si las razones que te llevaron a elegir ese trabajo aún siguen presentes y coinciden con tus valores.

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Foto Mikhail Nilov / Pexels

Apóyate en la referencia de tus compañeros. Una potente acción para automotivarse es identificar del liderazgo y de tus pares, aquellos atributos que los hacen destacarse. Copia esos modelos que complementen tu personalidad y entrénate, con el consejo de estos, en aquellas habilidades y posturas que los hacen referentes.

Imagina un propósito y persíguelo. Esto va muy ligado a establecer un plan de acción para construir tu propia marca personal, apalancándote de las bondades que te ofrezca la organización donde trabajas y enfocado a construir tu mejor versión.

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Foto Ylanite Koppens / Pexels

Valida tu experiencia. No te reserves tus opiniones y pide feedback tanto a tus supervisores como a tus compañeros de equipo. Eso, lejos de amedrentar tus ganas, te dará una bitácora de posibilidades para seguir creciendo. Disfruta de las experiencias y de cada etapa transitada con la seguridad del logro de objetivos.

Para construir una organización emocionalmente sustentable hay que unir esfuerzos. No hay otro camino. El camino para regar la motivación en los espacios de trabajo es de todos y esa es la gran conclusión

En definitiva, la responsabilidad de construir y mantener espacios de trabajo felices y altamente motivados no se puede endosar a alguna de las partes. El éxito de tan importante componente organizacional es una visión compartida, donde equipo directivo y colaboradores, permanezcan juntos en la difícil misión de construir y consolidar climas laborales emocionalmente eficientes.

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