Salud

Paolo: Un niño con cáncer que clama por ayuda en la Asamblea

Un niño con tapabocas y una mano vendada capturó la atención de los medios de comunicación desde el segundo balcón del hemiciclo, mientras diputados de la oposición y del oficialismo exponían sus propuestas y denuncias sobre la crisis de salud en Venezuela.

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Fotos: Andrea Hernández

Rara vez aparecen niños en ese espacio de la Asamblea Nacional. Pero el 26 de enero, Paolo Márquez le pedía a su tía a las 7 de la noche que por favor se fueran, que estaba cansado. La mujer de baja estatura cargaba como un bebé al infante de 8 años. El plan no era que el paciente de cáncer fuese al Parlamento, cuenta su tía Janeth de Hernández, pero salieron tarde de su quimioterapia en el Hospital J. M. de los Ríos en San Bernardino, Caracas, y tenían una cita en el Palacio Legislativo.

Paolo, su mamá Eneida Vivas y de Hernández viajaron en metro hasta el Parlamento, donde la diputada Dinorah Figuera les había conseguido unos minutos para hablar ante sus colegas parlamentarios sobre la situación en el centro de salud donde tratan al niño.

Si bien Vivas y de Hernández no subieron a la tribuna de oradores porque el tiempo no dio, el tapabocas y la mano vendada del niño llamaron la atención de las cámaras durante la sesión en la que se debatía si se pedía al Ejecutivo nacional que declarara una crisis humanitaria en salud.

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De Hernández señaló que no se iba a presentar ante los diputados para tomar una posición política, sino para hablar sobre los problemas que ella misma ha presenciado en los centros de salud: “No vamos en son ni con unos ni con otros. Solo fui a hablar sobre la falta de medicamentos y la situación del hospital”, comentó en insistió en que:

“Es crítico y no es solo aquí [en el J.M. de los Ríos], sino en todas partes. En todos los hospitales”.

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A los 7 años (en 2015) le diagnosticaron a Márquez leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo. Casi de inmediato se le prometió un trasplante de médula en Italia, pero la fundación que se comprometió a financiar el viaje y la operación se quedó sin recursos y Paolo sin trasplante. Lo que consiguió fue un espacio en la lista de espera de 15 niños, solo en el J.M. de los Ríos. Su tía no sabe cuántos más le anteceden. Algunos tienen entre cuatro y cinco años aguardando.

Luego de que la primera organización no lograra el traslado, acudieron a una del Gobierno, la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene). Un médico aprobó los documentos de Paolo y solo hace falta una respuesta que vendrá desde Houston, Estados Unidos. Allí, determinarán el sitio donde llevarán a cabo el procedimiento. Los posibles destinos para el procedimiento que le puede salvar la vida son España, EEUU, Italia y Argentina.

Dudosa crisis

Su madre cuenta que hoy Paolo está estable, que termina las quimioterapias este viernes 29 de enero y que le toca un descanso en uno de sus tres hogares intermitentes. Rotan su estadía en casas de familiares porque no tienen una propia. Sin embargo, eso no le preocupa tanto como la escasez de un medicamento que su hijo necesita para sobrevivir ese “descanso”: la pastilla Methrotrexate. “No hay en Venezuela”, indica.

Mientras Vivas busca las medicinas –llama y pregunta de nuevo a los proveedores–, integrantes del partido de Nicolás Maduro no terminan de decidir si hay o no crisis en salud. Durante su intervención en la AN, la parlamentaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Carmen Meléndez, admitió que “Nunca hemos mentido de que existe una crisis y por eso el Gobierno trabaja para solucionar”. No obstante, su compañero de tolda, Ricardo Molina, difiere.

En el mismo sitio en el que Paolo le pedía a su tía que lo cargara porque se quería ir a su casa, justo frente a las puertas del Palacio Legislativo Molina, la contradice. “No hay condiciones para que exista una crisis humanitaria en salud”, dijo en una rueda de prensa al salir de la sesión.

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Por otro lado, en la asamblea de ayer, el parlamentario y médico José Manuel Olivares, aseguró que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene una lista de más de 100 medicinas esenciales que faltan: “Aquí hay más de 65% de inexistencia de medicamentos”. Olivares resolvió la duda sobre la lista de espera para trasplantes: 1.500 niños con cáncer la saturan.

A la salida

En diciembre, murieron 8 niños que esperaban trasplantes y medicamentos. “Un día no vinieron dos. Nos enteramos que habían pasado a mejor vida”, relató la tía de Paolo. Por ahora, ni su tía ni su madre conciben que algo pueda salir mal porque todo está “encaminado”. Además, un imprevisto les dio algo de ilusión, por lo menos por ahora.

A la salida de la Asamblea, se toparon con el parlamentario de la bancada oficialista, Elías Jaua, y le expusieron su situación. Jaua les respondió que no estaba al tanto de la “problemática del hospital”, que no tenía ni idea de eso. Después de ese encuentro, Paolo, su tía, su mamá y una inmensa pañalera blanca dejaron la sede de la Asamblea Nacional con la promesa de una cita, no con el mismo Jaua, sino con su “mano derecha” para ver qué pueden hacer por esa pequeña familia.

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