Internacionales

Peruanos hacen filas de 3 días para recibir oxígeno y no morir asfixiados

En El Callao, ciudad portuaria al lado de Lima, cientos de personas esperan durante días, durmiendo en el suelo, para rellenar su tanque de oxígeno medicinal. Conseguirlo provoca lágrimas y abrazos

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filas de 3 días
AFP | por Ernesto TOVAR y Jesús OLARTE / AFP

Cientos de peruanos hacen filas de 3 días y duermen en la calle para conseguir un cilindro de oxígeno medicinal, un bien fundamental para que sus familiares con covid-19 no mueran asfixiados.

Con mantas en el suelo, sobre pedazos de cartón o en pequeñas carpas, la gente espera a que el personal del centro de oxígeno Criogas en El Callao, ciudad portuaria contigua a Lima, inicie la rutina de cada mañana: revisar con la policía la lista de quienes hicieron fila y anunciar cuántos cilindros se pueden llenar.

La segunda ola de la pandemia ha disparado la demanda de oxígeno medicinal. Su escasez provoca situaciones dramáticas a diario en varias zonas de América Latina.

«Estoy desde las cinco de la mañana y llegué tarde. Hay gente que lleva filas de tres días», dice Yamil Antonio Suca, un estudiante universitario de 20 años.

La esperanza de Yamil es «que pueda avanzar» la fila y rellenar su cilindro sin tener que aguardar otra noche y otro día. «Mi papá tiene covid. Tiene 50 años y necesita el oxígeno. Su saturación está muy baja», cuenta con pesar.

La vida por un suspiro

El centro Criogas tiene mucha demanda por sus precios bajos.

Pernoctar en las calles del puerto esperando por un tanque de oxígeno significa no tener un sitio óptimo donde dormir, comer o atender sus necesidades. También soportar los fuertes vientos de la zona.

Con el amanecer llegan algunos vendedores ambulantes que ofrecen pequeños desayunos de «pan con palta», es decir, aguacate, o simplemente café, para quienes ya llevan entre nueve y 12 horas de espera.

Miguel Ángel, un trabajador de 22 años, dice que tiene el número 124 para la atención. «Tenemos una familiar de 89 años que está delicada. Estamos haciendo las filas por ella» explica, acompañado de su primo, quien llega para relevarlo.

La lista de espera, organizada por la policía peruana, es revisada por la mañana para comprobar que nadie adelante el turno. También para evitar a revendedores que aprovechan la crisis para lucrarse.

Así, tras llamar por nombre y apellido y marcar cada cilindro, se inicia el llenado. Es por turnos de 10 personas cada 45 minutos, hasta las cinco de la tarde.

En medio de la preocupación, hay llantos y abrazos de solidaridad: un balón de oxígeno puede hacer la diferencia para un paciente en estado crítico.

«Mi mamá está delicada. Tiene 69 años», relata Yulisa Torres, de 46, que trabaja en el área de transporte.

«Si no llevamos el oxígeno se nos muere. Con el favor de Dios saldremos adelante», dice.

La segunda ola de la pandemia golpea sin pausa a varias regiones peruanas desde inicios de enero, luego de registrar un alza notable de casos a partir de las fiestas decembrinas.

Lima y otros siete departamentos cumplirán un confinamiento obligatorio del 1 al 14 de febrero para tratar de frenar al virus.

Perú registra más de 40.000 muertos por covid-19 y 1,1 millón de contagios desde marzo.

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