Opinión

Que empiecen los inventos

Vale. Todo comienzo genera dudas. Bien lo sabemos los que hemos terminado una relación para iniciar otra. ¿El cine o la discoteca? ¿La playa o la montaña? ¿El tácata a la tercera o a la cuarta salida? Uno va sondendando hasta que las partes cuadran, como aquellos robots de comiquitas de antaño, que se formaban con la unión de varios personajes... O no, o tal vez se caían como las piezas mal encajadas de un lego.

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Foto: EFE | Martín Alipaz

Noel Sanvicente decidió no tocar nada de entrada, cuando agarró la selección. Ya todos sabemos que fueron nueve meses de inactividad que Rafael Esquivel le regaló a los rivales de la próxima Copa América. Bien. Apuntado. Pero es hora de pasar de ello y enfrentar la realidad. No se puede vivir culpando al padre ausente de nuestras decisiones actuales.

«Chita» sabía de los problemas en el lateral izquierdo y optó -nos lo dijo antes de iniciar la gira asiática- por recuperar a Gabriel Cichero. Conocía de la inactividad de Alexander González y lo mencionó como un volante de primera línea. Aseguró en esa entrevista que no veía problemas con los centrales pues, decía, tenía opciones.

Si nada de eso le mortificaba, hoy tiene razones para preocuparse. Por ahora, salvo Mario Rondón, son más las noticias negativas que las positivas en estos ensayos rumbo a la Copa América. Lo hecho por Luis Manuel Seijas en Bolivia no debe sorprender a nadie, pues la altura de jugar en Bogotá lo blinda. Igual la educada pierna de Juan Arango. Aunque en este caso, el director técnico deberá evaluar si vale tanto ese plus por encima de la velocidad que desea darle al equipo de mitad del campo hacia adelante.

Sigue siendo Venezuela una oncena corta, que sin Salomón Rondón, Tomás Rincón, Roberto Rosales o Fernando Amorebieta se desteje; como una ropa de segunda mano que después de una lavada trasluce el tejido.

Trece goles ha recibido la Vinotinto desde que Sanvicente asumió su cargo. En esa cuenta lo que realmente debe alertar son los cinco recibidos ante Chile y los tres contra Bolivia, la peor selección de Suramérica, que llevaba mil años sin ganar en su propio campo. Todo esto ha sucedido sin que el estratega realice cambios que sorprendan. Manteniendo la herencia de César Farías, aunque ya casi todos los titulares de entonces estén mayorcitos y hayan dejado de ser imprescindibles en sus clubes originarios.

Se atribuye a Simón Rodríguez aquella frase de «O inventamos o erramos». Lamentablemente se ha asociado la consigna a la improvisación. Realmente, al estudiar el contexto, se refería a buscar soluciones originales para sistemas que no tenían una referencia inmediata por la condición de sus ciudadanos. Se refería exactamente a «La América» española. Siguiendo el espíritu de Rodríguez, considero que le ha llegado a «Chita» la hora de elaborar su propio código, sentando al pasado y probando nuevos jugadores. Arriesgarse, incluso, si aún llegan más goleadas.

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