Cultura

Rajatabla sacude a Caracas con "Terror y Miseria..." de una Alemania lejana

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Foto: Noel Cisneros

Bertoldt Brecht escribió su celebrada pieza «Terror y Miseria del Tercer Reich” entre 1935 y 1938, en Dinamarca, donde estaba exiliado tras escapar de los albores del totalitarismo nazi que tan caro le costaría a la Humanidad.  Compuesta por 24 escenas separadas, este clásico universal cuenta la vida cotidiana de gente común y corriente en la Alemania gobernada por el partido nacionalsocialista, antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Son personas agobiadas por una profunda crisis económica con hiperinflación, que titiritan de frío y de miedo, sometidas por un sistema totalitario y segregacionista, dirigidos por un líder mesiánico que se cree iluminado por la historia, y cuyo verbo incendiario fue capaz de manipular la conciencia de multitudes y provocar millones de muertes. La delación de los “patriotas más patriotas”, la alienación de las juventudes hitlerianas, capaces de enviar al infierno a sus propios padres; las minorías despreciadas; el papel de la propaganda política capaz de legitimar perversidades; el fantasma vivo de un Estado totalitario; los soldados capaces de ejecutar a su propia madre si el jefe se los ordena, desfilan ante el espectador en situaciones al límite, en el pellejo de personajes tensos, pisoteados, oprimidos. Toda esta historia es desplegada hoy en Caracas por el grupo Rajatabla, para celebrar su 46 aniversario. TERROR Y MISERIA-01 Se trata de una puesta en escena impecable, dirigida por la directora, productora y diseñadora Marisol Martínez, invitada especial de la Fundación Rajatabla para la ocasión. Su propuesta extrae algunas de las 24 escenas del clásico original. Las introducciones cantadas en el original de Brecht evocan coros griegos, pero aquí en la Caracas del siglo 21, son voces afinadas con fondo de rap, en acoplados movimientos escénicos de actores de primer nivel y un vestuario que evoca las películas de guerra, que son el recuerdo que tenemos los de esta época sobre la Alemania de entonces. Apenas al pisar las tablas, el espectador es conminado a sentir la opresión de un espacio cercado, de las órdenes militares, las amenazas a gritos, de las infames esvásticas convertidas en símbolo de la perversión, del discurso estremecedor de un líder del mal. El propósito de Brecht, nos recuerda Manuela Fox, de Università degli Studi di Trento, en un estudio, “era el de pintar lo absurdo de la violencia, el miedo, el lavado de cerebro, los campos de concentración, la hipocresía: justamente, el terror y la miseria, no sólo económica sino sobre todo moral, que afectó a todos los niveles sociales”. “De hecho, uno de los núcleos fundamentales de la obra es la capitulación de la inteligencia y de la dignidad frente el miedo”. La puesta de Rajatabla logra sumergirnos en este universo. La obra de este alemán que pasó a la inmortalidad con apenas 52 años tiene una vigencia permanente en la historia contemporánea, especialmente en cualquier sociedad oprimida, donde la violencia contenida o desbordada, juega a los dados con personajes a la deriva de un régimen totalitario. Los espectadores en Caracas, acaso alienados por su propia cotidianidad, podrían identificarse con algunos pasajes de la obra, por ejemplo con “Ayuda de invierno” en la que una viejecita recibe un suministro de emergencia sospechosamente parecido a una caja Clap de alimentos racionados; o cuando un oficial de la SS, con acento y modos excesivamente caraqueños, nos recuerda más a un guardia nacional que un alemán de la SS; o cuando hay gente que reconstruye sus últimas conversaciones para cerciorarse de no haber expresado ideas que puedan molestar al partido, o cuando una familia se queja de los precios disparados, del envilecimiento de la moneda y de los impuestos confiscatorios. La pieza estrenó la noche del jueves 12 de octubre a sala llena en una función especial para invitados. Falta ver si el público en general le otorga el merecido apoyo a esta puesta que recuerda los años de oro del Grupo Rajatabla, la más internacional de las compañías venezolanas. En esta especie de ciudad separada por muros invisibles en la que se ha convertido la Caracas oscura del siglo XXI, la sala Rajatabla persiste en un rincón en un edificio entre el complejo Teresa Carreño y la sede de Uniarte (antiguo Ateneo de Caracas). Su vestíbulo está adornado por los afiches descoloridos de grandes y medianas producciones de los años 70, 80 y 90, que contaron con los actores, actrices, directores y productores más reconocidos y admirados de entonces y de ahora. La misa del teatro bien merece el viaje para vivir esta versión descrita por la producción como una muestra en 12 pequeñas micro historias de “las miserias y terrores que asfixiaron a la población alemana con el único fin de vanagloriar a un líder y un régimen que quería apoderarse del mundo”. Esta es otra prueba de que el arte, el teatro, siempre serán una apuesta vital ante la decadencia de una ciudad extraviada en sus propios recuerdos. En el elenco están Rossana Hernández, Carolina Torres, Gonzálo Guerrero, Kevin Jorges, Jósbel Lobo y Armando González. La Fotografía es de Noel Cisneros, video de Diego Abreu Calderón y Mary Duartte, dirección vocal de Juan Pablo García, vestuario de Marisol Martínez y Andrea Padrón; escenografía de Héctor Becerra y Pedro Rondón; iiluminación de David Blanco; sonido de Eduardo Bolívar; asistencia de escena de Miguel Mendoza; asistencia de dirección de Armado González; producción artística de Luz Dary Quitian, Francisco García y Hany Rivera, producción ejecutiva de Hany Rivera, Producción General de William López y bajo la dirección de Marisol Martínez. Del 2 de octubre al 29 de octubre en la sala Rajatabla, jueves y viernes a las 7:00pm, sábados y domingos a las 6:00pm. Entradas a la venta en las taquillas del teatro. Imperdible.]]>

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