Las madres tienen un plato característico y único para sus hijos. Y cuando se habla de hijos no solo se incluye a los de sangre sino también a aquellos que son ‘’prestados’’, a esos que sus chamos llaman mejores amigos y que conocen desde que son chiquitos. En fin, este típico plato es el consentimiento y el cariño de una madre hecho pasticho, pastel de chucho o torta de zanahoria. Es esa preparación que, cuando sus hijos o sus amigos la prueban en otro lado, se dan cuenta de que no sabe igual porque, sin saber con certeza qué es lo que falta, simplemente llegan a la conclusión de que “está bueno pero nada como el de mi mamá’’.]]>