Salud

Dos niños del Hospital J. M. de los Ríos murieron por bacteria intrahospitalaria

El deterioro y el descuido han convertido al Hospital J. M. de los Ríos en un germinador de enfermedades. Dos muertes en menos de dos semanas evidencian que el centro de salud no está logrando el objetivo para el que fue creado y que, lejos de curar, contribuye al deterioro de la salud de muchos de sus pacientes.

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Foto: Archivo | Andrea Hernández

El Hospital J. M. de los Ríos pasó de ser referencia y esperanza para los niños de todo el país a convertirse en un factor adverso en el tratamiento de los pacientes que recibe. Durante la madrugada del jueves 11 de mayo, Samuel Becerra, de 12 años de edad, murió en el Servicio de Nefrología, donde permanecía hospitalizado.
Desde los 4 años, Samuel necesitaba recibir diálisis para suplir la función que ya no cumplían sus riñones. A finales de marzo, él y otros 14 niños se infectaron con bacterias, posiblemente trasportadas por el agua con la que les realizaban el tratamiento. Él había contraído la bacteria pseudomona.
Hace apenas un mes, cuando El Estímulo visitó el centro de salud, Samuel corría por los pasillos y jugaba en habitaciones vacías con otros niños internados. La vitalidad de su sonrisa se apagó.
La intermitencia en la aplicación de antibióticos, por falta de medicamentos en el hospital, y la aplicación de algunos que estaban vencidos fue denunciada en varias ocasiones por las mamás de los pacientes. También reclamaron que durante meses los equipos utilizados para las hemodiálisis habían estado funcionando sin recibir ningún tipo de mantenimiento.
La dirección del Hospital de Niños no reaccionó sino hasta dos meses después, cuando ya había una muerte que llorar. El 3 de mayo falleció Raziel Jaure, de 10 años de edad, contaminado con la bacteria klebsiella, una semana antes de que una comisión del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel se acercara al lugar para hacer pruebas de calidad de agua.
Sin embargo, ya desde el año pasado, la institución había sido advertida de que el agua que se recibía no estaba en el mejor estado. La ONG Prepara Familia recordó en un comunicado que circuló en abril que un estudio de la Universidad Simón Bolívar había encontrado valores muy altos en la presencia de coliformes fecales (restos de heces) y aerobios mesófilos en los tres tanques del hospital.
“La jefa del Servicio de Nefrología se reunió con los padres del hospital y nos dijo que Infectología pide que se cierre la unidad. Pero este es el único lugar en el que se puede atender a niños con menos de 10 kilos, en ninguna otra unidad los van a aceptar. Nos dijo que empezarían a hacer las diálisis interdiarias y no diariamente para disminuir la exposición sin desestabilizarlos”, dijo a El Estímulo Carlos Falcón, padre de una niña trasplantada que permanece hospitalizada en el J. M. de los Ríos.
El temor se contagia más rápido que las bacterias. Los representantes tienen miedo de que sus hijos no resistan o de que los otros 6 niños que se atienden en el servicio se infecten.
“Pedimos que se coloque un tanque externo que sea exclusivo para la unidad y que se alimente con cisternas. Pero sabemos que la burocracia hará que eso se tarde, si es que lo hacen”,  señaló Falcón.

El otro horror viene atado a la falta de antibióticos. La jefa del servicio de Nefrología aseguró que han tenido que buscar donaciones para poder completar los tratamientos sin interrupciones porque el Hospital de Niños no los garantiza en cantidad ni a tiempo.
“No hay continuidad en suministro de antibióticos por parte de la institución. Hoy me informaron que el hospital recibió vancomicina para tres días nada más”, aseveró la doctora hace apenas dos días, cuando también confirmó que en el área cercana al área de diálisis había un bote de aguas negras.
“Quedan 17 chamos contaminados –a los 15 infectados inicialmente se le habían sumado otros 3 niños-, crearon un monstruo que ocasionó dos muertes en dos semanas. Los niños que quedan están en condiciones demasiado difíciles. ¿Quién se hacen responsable? Fuimos al Ministerio de Salud y tres semanas después fue que mandaron a los funcionarios del INH”, criticó Falcón.

El padre aseguró que si el lunes no han notado acciones contundentes dirigidas a mejorar la situación de los niños tomarán acciones de calle.
Katherine Martínez, de la ONG Prepara Familia, está decidida a ayudar. Pedirán auxilio a clínicas privadas donde puedan paliar, al menos momentáneamente, la crisis que atraviesa el hospital: “Estos niños no pueden seguir muriendo, mientras los ministros y directores resuelven su zaperoco”.]]>

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