Enfermeras que trabajan en el Hospital Universitario “Ángel Larralde”, adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en Naguanagua, exigieron este jueves que restituyan el servicio de transporte institucional para el personal de este centro de salud y mejoras que se traduzcan en aumento salarial.
Indicaron que desde el primero de enero dejó de funcionar el servicio de traslados del hospital, por eso para cumplir con sus turnos de trabajo deben muchas veces salir más temprano, de madrugada, o volver tarde en las noches a sus casas y corren mayor riesgo por la inseguridad.
Luz Suárez, enfermera del HUAL desde hace seis años, manifestó que se hace cuesta arriba trabajar en esas condiciones. “El personal pasa mucho trabajo para dirigirse a las instalaciones y al momento de la salida, mucho peor (…) es una institución alejada, por lo tanto es más complicado el transporte y toca caminar, poniendo en peligro la vida de cada uno de nosotros”.
Dijo que a pesar de la merma que también es notoria en el transporte público, no han dejado de asistir a sus turnos de guardias. “Cuando salgo a las 7:00 pm tengo que caminar por toda la avenida Universidad hasta Puente Bárbula, llegando a las 8:00 pm, y luego tratar de conseguir un carro, arriesgándonos porque toda la avenida no tiene alumbrado público”.
Por su parte, Karelia Quintero, enfermera desde hace cinco años del mismo centro hospitalario, refirió que la nómina se ha reducido porque la situación de crisis del país les obliga a salir fuera de Venezuela.
“El salario no nos alcanza ni para un kilo de arroz. Nosotros ganamos quincenalmente 160.000 bolívares, y ya para pasaje no nos alcanza”.
Quintero destacó que muchas de sus colegas deben hacer trabajos extras para tratar de cubrir sus gastos.
“Le hago un llamado a usted, señor Presidente, a que se dedique de verdad, nosotros somos trabajadores que damos el beneficio de salud a las personas. Usted habla de un sistema de salud público muy digno pero yo le digo hoy en día, cuál es el sistema de salud público que dice que hay en Venezuela”, enfatizó.
Agregó que la semana pasada renunciaron las únicas dos bioanalistas que trabajaban en el turno de la tarde por el sueldo escaso y la falta de insumos para sus labores.
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