Las iracundas reacciones de Rusia y Bielorrusia al conocer los Nobel de la Paz
Moscú inició, de inmediato, un proceso de requisa a la ONG Memorial, ganadora del premio, y un portavoz de Lukashenko se burló de la decisión
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El Nobel de la Paz, que se anunció hoy, 7 de octubre, en Oslo estuvo cargado de simbolismo. Al premiar a activistas por los derechos humanos de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, enviaron un claro mensaje contra los gobiernos de los dos primeros países a los que calificaron de «autoritarios». Las reacciones, por supuesto, no se hicieron esperar.
Este año, el Nobel de la Paz premió a Ales Bialiatski, activista biolorrusio encarcelado desde 2021, a la ONG rusa Memorial y al Centro por las Libertades de Ucrania.
Requisa en Moscú
La reacción de ambos gobiernos no se hizo esperar. En Moscú, el Kremlin de inmediato activó los tribunales para iniciar un proceso de requisa a las oficinas de Memorial, la ONG que lucha por los derechos humanos en esa nación y que ya, en el pasado, había sido atacada por el gobierno de Vladimir Putin. Así lo denunció la misma ONG:
«En el mismo minuto en el que todo el mundo nos felicita por el premio Nobel de la Paz, se está produciendo un proceso en el tribunal Tverskoi [de Moscú] para requisar los locales de Memorial», denunció el centro de Derechos Humanos de Memorial.
Además de poner en marcha un centro de documentación sobre las victimas del estalinismo, Memorial ha recopilado y archivado la información sobre la represión y las violaciones de los Derechos Humanos en Rusia.
«Alfred Nobel se revuelca en su tumba»
Uno de los premiados, el que a nivel mundial ha tenido más resonancia, es Ales Bialiatski, uno de los activistas por los Derechos Humanos más importantes de Bielorrusia y quien está encarcelado desde 2021, por denunciar fraude en la reelección de Alexander Lukashenko.
Además de concederle el simbólico galardón, el comité Nobel exhortó al gobierno de ese país a liberarlo para que pueda acudir a la ceremonia de entrega, que se hará el 10 de diciembre en Oslo. Sin embargo, admitieron que sus expectativas eran «poco realistas».
Al conocer la decisión del Nobel, el gobierno de Lukashenko reaccionó irónicamente:
«En los últimos años, las decisiones -y hablamos del Premio de la Paz- están tan politizadas que Alfred Nobel (fundador de los premios homónimos) se está revolviendo en su tumba», reaccionó en Twitter el portavoz de la diplomacia bielorrusa, Anatoli Glaz.
Al leer el veredicto, la presidenta del comité del Nobel de la Paz, Berit Reiss-Andersen, pidió la liberación de Bialiatski: «Nuestro mensaje es exhortar a las autoridades de Bielorrusia a liberar a Bialiatski. Esperamos que eso ocurra y que pueda venir a Oslo y recibir el premio Nobel de la Paz. Pero hay miles de presos políticos en Bielorrusia y temo que mi deseo quizá no sea muy realista».
