Extravagante, mediática, rebelde y, hoy en día, exitosa como pocas, Moschino sigue fiel a su esencia, irónica y divertida. Desde prendas inspiradas en los uniformes de los trabajadores de un autolavado, pasando por ropa chamuscada, vestidos de muñecas recortables hasta forros de iPhone en forma del paquete de papas fritas de McDonalds, osos de peluche y productos limpiadores, nunca la moda había sido una expresión tan fiel de la cultura pop.
El estilo italiano, muchas veces sofisticado y formal, derivó en excesivo y extravagante gracias al espíritu rebelde de Franco Moschino, un diseñador que marcó la historia de la moda reciente y abrió una brecha en la manera de comercializar y promocionar indumentaria. Sus memorables campañas publicitarias y su siempre particular sentido del humor fueron determinantes en el desarrollo de una marca que sigue, xx años después, viviendo un saludable momento, comercial y creativo.
En tiempos de moda democrática, ecológica, sostenible y en algunos casos sin género, el legado de Moschino sigue tan vigente como en sus comienzos, la renovada visión comercial y promocional de Jeremy Scott y su equipo han puesto a la marca en el epicentro de la industria y en una posición de privilegio dentro del mercado. Sus accesorios o gadgets se venden muy bien y muchos suspiran por un bolso, una gorra o unos lentes de sol firmados por la casa.
Los más jóvenes reconocen los forros para celulares grandes y divertidos, los demás recordarán vestidos elaborados con bolsas de basura, abrigos bordados con osos de peluches, trajes con cadenas estilo Chanel y otros tantos accesorios con motivos gráficos cargados de ironía y referencias. Muchas y muchos han apoyado la marca con editoriales, reportajes y hasta exposiciones donde la moda es considerada arte. Las divas de la música pop se han vestido sobre y fuera del escenario con sus creaciones, actrices y hasta prestigiosas damas de la sociedad han sido promotoras efectivas de Moschino, luciendo sus piezas en apariciones públicas. En solo tres años el diseñador Jeremy Scott consiguió agitar las redes y disparar las ventas, sin duda, el gran responsable del siempre anhelado: lo veo lo quiero.
De la Barbie a Bob Esponja.
El espíritu irreverente y retador fue determinante en los fundamentos de la marca y sin duda, gran responsable de su éxito. Un triunfo basado en el estupor de un público acostumbrado a tendencias más serenas y predecibles, que no estaba esperando franelas y vestidos con frases provocadoras, estampados estridentes, mezcla de texturas y ciertos riesgos en los volúmenes. La propuesta refrescó las vitrinas y le ofreció al público una alternativa, divertida y perfecta para combinar. Y fue, justamente, la ironía del trabajo de Moschino la que animó la fiesta, la etiqueta que llenó de sonrisas un closet predecible y hasta un poco aburrido.
La iconografía siempre ha sido una herramienta poderosa que permite conectar la moda con un mayor número de personas y esa fue la estrategia determinante en los nuevos tiempos de Moschino. Rosado Barbie, rojo y amarillo McDonald`s, señales de tránsito transformadas en bolsos y carteras, vestidos para muñecas recortables, piezas únicas por su forma, color y función, una aire renovado para complementar el look sin grandes esfuerzos.
Negocio y onda kitsch
Los expertos de la industria sostienen que la moda cambió y que ahora se hace imperativo alimentar el deseo de compra, cautivar a las audiencias y generar un vínculo con el mercado, y para muchos lo que estimula ese impulso de compra es la diversión, la novedad, la emoción, la evasión, algo que la firma Moschino viene manejando desde sus primeros años.
Autenticidad y singularidad son los pilares del lujo moderno, el mercado busca constantemente novedad, algo más genuino, algo nuevo pero que no traicione el ADN de la marca. Hoy en día hay tanta confusión, que la identidad de las firmas se diluye, las mismas modelos, los famosos recurrentes, los grandes grupos del lujo; en pocas palabras, en tiempos donde la moda parece que se ha unificado la distinción es el norte. Con Moschino no hay término medio o te gusta o lo odias, y ese fue el legado de su creador, lo mejor de su esencia. Sin duda, mantener esa tradición y cautivar a las nuevas audiencias serán las tareas pendientes para Jeremy Scott.
La ironía de las campañas publicitarias de Moschino fueron, junto al trabajo de Oliverio Toscani para la marca Benetton, esenciales en la historia de la publicidad contemporánea y a la vez la mejor aliada de sus creaciones.
Moschino hacia publicidad de la publicidad, esa fue la manera que decidió para difundir y comunicar su propia imagen. Sus extraordinarios montajes y reconocibles collages eran una sorpresa en el mundo de la comunicación y justamente por eso resultaban transgresores y hasta escandalosos, como su moda. Pero el objetivo se cumplió, podrán haber personas que no recuerden sus vestidos pero seguramente recordarán su publicidad.
El más divertido
En el año 2013 Moschino vuelve a ser noticia tras el nombramiento de Jeremy Scott como nuevo director creativo de la casa. Su primera colección fue para la temporada Otoño-Invierno 2014/15. Aquí varias perlas del genial creador:
“Para mí, el humor es la esencia de este oficio. La moda es frívola”.
“Diseñar para otros es un un compromiso, como casarce o tener gatos. Mi objetivo es llevar la moda a todo el mundo, abrirla. No quiero que nadie se sienta excluido y creo que lo he conseguido”.
Creatividad y energía
*El uniforme de aeromoza de Britney Spears en el video de la canción Toxic
*El traje de baño concha de Lady Gaga en el video de la canción Paparazzi
*Los cuatro trajes de Katy Perry en el Super Bowl
*Varios looks de Madonna para Sticky & Sweet Tour (2008) y para Rebel Heart Tour (2015). Lentes en forma de corazón.
*Vestuario para Kyle Minogue en su gira Showgirl The Gratest Hits Tour (2005)
*Seis looks para Lady Gaga en The Born This way Ball (2011)
*Vestido de Michelle Obama durante su visita official al Vaticano (2009)