“Deadpool & Wolverine”, un tributo burlón y ultraviolento al cine de superhéroes
El Universo Cinematográfico de Marvel necesitaba un sacudón sísmico y “Deadpool & Wolverine” se lo da. En un recorrido de punta a punta por la franquicia de superhéroes, el mercenario bocazas demuestra que el personaje encontró la escala que necesitaba y que La casa de las ideas está dispuesta a burlarse de sí misma para salir de sus peores momentos
En “Deadpool & Wolverine” (2024) parece que ocurren muchas cosas a la vez. Tantas, como los interminables juegos de palabras, chistes verdes y referencias pop que el personaje de Ryan Reynolds comenta a toda velocidad, casi minuto a minuto de la película. Y así es: pasa mucho al mismo tiempo.
Por un lado, la cinta explora — ahora sí — el multiverso de Marvel. Y lo hace desde su primera escena, en la que un personaje dado por muerto comienza un recorrido para encontrar otra versión de sí mismo. Una entre los cientos de miles de líneas que las realidades paralelas de la casa plantean. Finalmente, los incontables mundos, escenarios y posibilidades de las realidades alternativas están aquí. No de manera tímida — como ocurrió en otras producciones — sino en todo su formidable músculo y potencia.
Al otro extremo, “Deadpool & Wolverine” plantea otra cosa más incómoda. La conciencia de que la fórmula Marvel necesita –o necesitaba- de una sacudida total que le devuelva a sus mejores días. O al menos, que le haga recuperar parte del entusiasmo alrededor de una franquicia que, quizás, creció demasiado para seguir siendo exitosa.
Cualquiera que sea la respuesta a lo anterior, lo cierto es que la cinta de Shawn Levy tiene en cuenta que su argumento es algo más que una historia: es un vehículo para entender a Marvel como suceso, como historia y como un descomunal proyecto que necesitar encausar sus energías en una dirección nueva.
Deadpool para todos
Y quién mejor para eso que el mercenario bocazas de Ryan Reynolds. Deadpool, que desde su primera aparición en el cómic en 1991 demostró que era una figura completamente distinta a cualquier otra de Marvel, siempre pareció un poco limitado en su ambición. Fox se divirtió con su violento personaje, pero ni de cerca permitió que explorara en todas sus posibilidades. Por extraño que parezca — y en contra de los temores de los fanáticos — Disney sí se lo permite.
Lo hace, además, a una escala desordenada, épica y enorme que convierte a la cinta en una celebración salvaje de la perspectiva del cine de superhéroes, reinventándose de nuevo. Todo lo que hasta ahora sabías sobre Marvel pasa en la película por las manos de Deadpool para convertirse en otra cosa. Para volverse subversivo, raro y perder su optimismo. Al menos, es la intención del argumento, que apuesta a explorar a la saga desde sus errores y sacar de ellos una jugosa sensación de volver a empezar que sorprende por todas las veces que funciona.
“Deadpool & Wolverine” en sí, es sencilla. Después de los eventos de “Deadpool 2” (2018), han transcurrido seis años en la vida del personaje titular. Rechazado por los Vengadores — un encantador guiño a la Sagrada Línea del Tiempo a través de un personaje secundario emblemático — ahora es un vendedor de automóviles, separado de Vanessa (Morena Baccarin) y viviendo una rutina que tira a mediocre.
Eso, hasta que la Autoridad de Variación Temporal llega con malas noticias. Su línea temporal está a punto de morir, por lo que se necesita que Deadpool venga al rescate. Y no lo hará solo, sino que debe acompañarle Wolverine (Hugh Jackman), imprescindible para que su línea temporal sobreviva. O una de sus versiones, en cualquier caso.
Por supuesto, se trata de una excusa tan válida como cualquier otra para unir a los dos carismáticos personajes. Pero lo realmente interesante de esta misión disparatada (que llevará al dúo de paseo de arriba a abajo por la franquicia de Marvel y la Fox) es que se hace desde la autoconciencia. Desde la sensación de que Deadpool tomó toda su capacidad para ser irreverente y lo llevó a una escala nueva y brutal de penes, la cachetada de Will Smith en los Oscar, Thor hasta juegos de palabras sobre penetraciones anales y la muerte. Nada falta en la forma en que Deadpool va abriéndose espacio en Marvel para hacer volar por los aires todos sus pedazos.
Una buena villana
A Marvel se le suele acusar de que sus villanos son tan blandengues como ocasionalmente prescindibles. Por lo que Cassandra Nova (Emma Corrin) sorprende justo por lo contrario. A pesar de que su motivación es genérica — como cualquier malvado en Marvel — la actriz logra que esta hermana gemela de Charles Xavier sea un peligro a una dimensión inquietante.
Abandonada en el Vacío, es algo más que la excusa para una némesis. Es una presencia canalla y retorcida que se hace cada vez más impredecible a medida que avanza la trama. De hecho, su encarnación desquiciada de un personaje con un propósito es tan buena como singular en su personalidad. Lo que sí, también reivindica a Marvel y sus malvados de pacotilla.
¿Y los cameos?
Si algo decepcionó de “Doctor Strange y el Multiverso de la Locura” (2022) de Sam Raimi, fue que los cameos — tan anunciados y rumoreados — se quedaron muy por debajo de las expectativas del público. En “Deadpool & Wolverine” comienzan bien pronto y nunca se detienen. Y la mayoría son tan impactantes que a la mitad de la película y una vez que nuestros superhéroes deben lidiar con el Vacío del multiverso, se convierten en el grueso de la trama.
Cameos de personajes secundarios queridos por el público, cameos de villanos que seguramente olvidaste existían hasta verlos, cameos de viejas películas de la saga Marvel. Cameos de personajes de Marvel reinventándose entre sí en gloriosa y burlona secuencia de ajustes. Cameos para todos los gustos, para la imaginación más indómita y desordenada.
Pero a diferencia de la película de Raimi — que incluyó un puñado de personajes sin mayor trascendencia que sorprender a la audiencia — la de Levy tiene algo de reverencia y homenaje a la saga que explora. “Deadpool & Wolverine” utiliza las apariciones especiales como algo más que rostros conocidos en la trastienda. La cinta demuestra la variedad, riqueza y la capacidad del multiverso para expandirse y con él trasladar a Marvel a otra región. Para hacer a la franquicia más grande, para aglutinar chistes y nostalgia en el mismo nivel y al mismo plano. Para demostrar que este Marvel — burlón, satírico y autocrítico — es lo que realmente puede ser la saga de superhéroes.
La promesa de mucho más
Para su conclusión, “Deadpool & Wolverine” demostró algo: Marvel necesitaba confesarse a sí misma sus fallas y qué mejor que hacerlo con humor. También admitir que para crecer necesita destruir los cimientos y construir sobre ellos.
La cinta lo hace, en toda su cualidad de rareza extravagante, de mirada brutal, mordaz y de una crueldad casi dolorosa, sobre la intrascendencia de los héroes en un futuro mucho más cínico. Un mensaje curiosamente profundo para una película que en absoluto se toma en serio. Y quizás, por eso, su importancia.
Y quédate, hay poscréditos. Porque esto es Marvel, no lo olvides.
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