Cinemanía

"Sweet Bobby": ¿la víctima es responsable de lo que le ocurrió?

Kirat Assi fue engañada durante diez años en uno de los catfish más elaborados y prolongados que se conocen. Pero más allá de su capacidad para desconfiar y las herramientas que podría haber utilizado para descubrir lo que ocurría, ella también sufrió la presión social y cultural de su entorno. Un caso para un largo análisis y debate a partir del documental "Sweet Bobby" 

Sweet Bobby
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El catfish  -o engaño en línea con propósitos románticos o semejantes-  no es un tema sencillo de abordar. Buena parte de la responsabilidad de lo que ocurre suele achacársele a la víctima. Después de todo, la idea de un engaño prolongado en el tiempo pone en tela de juicio el cómo interpretamos el uso de internet, sus peligros y riesgos. Lo que lleva con frecuencia a la interrogante de qué pudo hacer alguien que atravesó una situación parecida para evitarlo. ¿Cuándo debió comenzar a sospechar? ¿En qué momento necesitó insistir en pruebas o una demostración fidedigna de lo que ocurría?

No siempre es tan sencillo y el nuevo documental de Netflix, “Sweet Bobby: La pesadilla de una identidad falsa” lo demuestra. En particular, porque lo ocurrido demuestra hasta qué punto las víctimas son vulnerables a situaciones en las que la información y la manipulación juegan un papel preponderante.

En 2019, Kirat Assi era una mujer normal dentro de la comunidad sij del oeste de Londres. Aspiraba a contraer matrimonio y volverse madre lo más pronto que pudiera y sentía sobre sus hombros la presión de una cultura en la que la vida de la mujer se define a través de sus roles tradicionales. Para la locutora de radio inglesa, no se trataba de una decisión que pudiera tomar a la ligera.

El documental -y el podcast de Tortoise Media en el que se basa- dedica tiempo e interés a profundizar en el contexto en el que se movía Assi. Más allá de su personalidad independiente y su brillante desempeño profesional, se trataba de una mujer joven que aspiraba a una vida familiar. Un propósito que sus padres, amigos y entorno consideraban el necesario para una vida plena.

En un escenario semejante, la llegada de Bobby Jandu, un médico prestigioso de una familia respetada, era la respuesta a una aspiración muy concreta de Kirat Assi y de su familia. Y quizás, un punto a tener en cuenta al momento de explorar la situación: un engaño que se extendió por diez años y que se convirtió en una relación violenta y asfixiante en sus momentos más críticos.

Un tal Bobby

El podcast de Tortoise Media es mucho más completo que el documental de Netflix. La primera parte de su episodio inicial se ocupa en contar quién era Kirat Assi antes de la llegada del supuesto Bobby Jandu a su vida. Se trata de punto interesante que permite entender que la situación que atravesó la víctima estuvo signada o al menos influenciada por la obligación asumida de contraer matrimonio. De hecho, en los capítulos tres y cuatro de la historia, es evidente que la familia y entorno cercano de Kirat prefirió una relación irregular y confusa, a que simplemente no sostuviera ninguna.

¿Es responsable entonces el contexto que rodeó a la víctima de lo ocurrido? Aunque no del todo, es la forma de comprender mejor la decisión de Kirat Assi de seguir en medio de un romance que se hacía más complicado y violento con el correr del tiempo. Lo cual, claro, apunta a otra dirección más incómoda: el hecho de que la agresora, su prima segunda Simran Bhogal, sabía exactamente los procesos, presiones y necesidades de una mujer de su comunidad. Lo que le permitió construir una serie de personajes creíbles, que respondían a las necesidades de Kirat Assi y sus aspiraciones a futuro.

Más complicada resulta la revelación del podcast de que Simran Bhogal también pudo haber engañado al hermano de Bobby, JJ Jandu, a comienzos de 2008. Según explica el capítulo cinco del podcast, Bhogal tuvo una relación corta con el joven, antes de que este regresara a Bombay. Meses después de culminada, JJ siguió recibiendo mensajes a través de Facebook de supuestos amigos y conocidos de Bhogal. Todos intentando hacerle creer que la mujer había sufrido de problemas de salud y recabando información acerca de la familia Jandu y en específico, de Bobby.

Lo anterior parece dibujar un panorama escalofriante. Kirat Assi fue víctima de un personaje creado a la medida de sus deseos como mujer de su comunidad. Mucho más, de las exigencias de sus padres y parientes cercanos. ¿Es el principal ingrediente en una trama de engaños que se alargó por una década? No es muy fácil asumirlo y mucho menos creer que solo por ese motivo Kirat Assi siguió aceptando explicaciones, excusas y situaciones que, paulatinamente, se tornaron descabelladas.

Sin embargo, sí es evidente que la necesidad de mantener una relación con un hombre con el que se encontraba comprometida, fue de enorme importancia en sus decisiones. Un peso extra, con el que debió lidar en medio de una situación cada vez más abrumadora, agotadora y directamente violenta.

Preocupada por la familia

En la actualidad, Kirat Assi logró que un juzgado de Londres aceptara una reclamación civil contra Simran Bhogal, que terminó en una disculpa privada y compensación económica. También dedica esfuerzos en lograr que el catfishing, termino que define su experiencia, pueda ser considerado como un delito penal. Eso, basándose en los supuestos de acoso, uso indebido de información en línea y suplantación de identidad.

No obstante, tanto en el podcast como en el documental, es evidente que más allá del miedo y el dolor de haber vivido una situación extrema por tanto tiempo, Kirat Assi lamenta no haber cumplido las expectativas familiares. En una desgarradora confesión, la víctima, con 44 años cumplidos, se pregunta en voz alta si podrá ser madre, algo que continúa siendo uno de sus objetivos.

Al final, la fantasía del amor romántico llevado al lugar más venenoso y temible fue la mayor trampa en la que Assi cayó, casi sin poder evitarlo.

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