Opinión

¿Te vibra la pelvis? Los 4 patrones orgásmicos que debes conocer

Confieso que cada uno de mis orgasmos llevan tallados a mi piel un te amo para quien los produce, y no es enamoramiento o cursilerías es la poesía de mi cuerpo la que habla. Es fácil una mirada, un beso, una noche o varias pero el cuerpo siempre demanda vibraciones. El orgasmo.

FOTOGRAFÍA: Michael Grady
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El orgasmo, esa respuesta que no solo es de la pelvis sino de todo el organismo. Ha ido adentrándose en mis venas y voy en búsqueda de diferentes estímulos para lograr estos espasmos. Voy catando de distintos “vinos” para darle a mi cuerpo los sabores infinitos del placer. Ardientes. Secos. Burbujeantes.

Me doy para dar y balanceo intensidades y extensiones, pues conociéndonos podemos saber que nos gusta y podemos comunicarlo en miras de alcanzar niveles más altos de cohesión con nuestra pareja, si este fuera el caso. En este trance momentáneo cuando estoy con quien me apetece, comienza desde un aroma –si es cítrico, mucho mejor; hasta la calentura de mi clítoris, la cual se extiende rápidamente por toda mi pelvis. Electricidad.

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La mayoría de las mujeres experimentan contracciones musculares en la vagina o en la parte interior de la pelvis que se define con el término de una “vibración pélvica”. Y son estas vibraciones pélvicas las que muchas mujeres, y me incluyo, precisan alcanzar, una y otra vez. Sin descansos con sudores dulces, agridulces, humos, tintos y, ¿por qué no? Con una fría cerveza. Porque se va buscando el placer de estar vivas. Oxigenarse.

Nuestro cuerpo reacciona sexualmente ante los estímulos. La estimulación concebida por el cuerpo y la imaginación o con la fusión de ambas, provoca dos niveles de excitación. Una fisiológica y otra psicológica. La primera abarca todas las sensaciones físicas como la erección del pene, de los pezones femeninos o el erizamiento de la piel, mientras que el componente psicológico incorpora a las fantasías, pensamientos e imágenes eróticas, las cuales conllevan a estas vibraciones pélvicas, llamadas orgasmos.

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Hay diferencias entre la respuesta sexual de la mujer y el hombre. Comúnmente, las mujeres tienen una capacidad multiorgásmica, es decir, la habilidad de alcanzar uno o más orgasmos sucesivos en un breve lapso.

El estado multiorgásmico depende tanto de una estimulación sexual continua y efectiva, como del interés sexual. Los hombres, por lo general, no pueden lograr orgasmos múltiples. Seguidamente después de la eyaculación, el hombre entra en un período refractario durante el cual es fisiológicamente imposible tener otro orgasmo o eyacular de nuevo.

En el campo de la sexología, se han puntualizado los siguientes patrones orgásmicos en la mujer:

1. Monoorgásmico

Caracterizado por una fase de excitación de intensidad creciente que se interrumpe en varias ocasiones, una fase de meseta corta y una fase orgásmica muy intensa pero corta.

Esta secuencia se ha denominado el “knock-out” orgásmico porque la mujer puede ser estimulada, pero no lo desea. Este patrón de respuesta es similar al del hombre.

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2. Poliorgásmico

Se caracteriza por una fase de excitación de intensidad gradual, la cual se estabiliza. La fase de meseta es prolongada y la fase orgásmica de gran intensidad es de 3 a 6 orgasmos.

3. Multiorgásmico

Se caracteriza por una fase de excitación intensa y rápida seguida por una fase de meseta de intensidad mantenida y corta, y luego por un período de numerosos orgasmos de diversa intensidad, para finalizar con un descenso progresivo.

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4. Tetánico

Es un orgasmo de intensidad creciente mantenido y duradero, caracterizado por un tiempo de más de treinta segundos el cual se mantiene y no baja, se monta en curva orgásmica y, posteriormente, se pierde en forma abrupta.

Por otra parte, los orgasmos han sido una de las llaves que más he utilizado para cerrar el insomnio, pues la relajación muscular que experimenta mi cuerpo al vibrar cada noche, ha sido una de la más efectiva contra este mal. E inclusive, los químicos liberados durante el acto como lo es la oxitocina, ese oligopéptido compuesto de nueve aminoácidos, también han ayudado a aliviar, a muchas de mis amigas y pacientes con los dolores de la artritis, migrañas y cólicos.

Pero, “¿Llegar es la meta?” me preguntan casi siempre en las charlas y conversaciones. Y acá, es cuando hago una pausa, respiro y digo: No. Pues, cuando el orgasmo se vuelve en el objetivo principal al ejercer la función sexual, bloqueamos todo el recorrido que nos lleva al placer.

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La excitación debe ser el resultado de un proceso que necesita de concentración, esmero en las sensaciones, conexión física y espiritual, sin olvidar una buena estimulación. Si pensamos que alcanzar el orgasmo será el indicador de una relación sexual exitosa, lo peor que nos puede suceder es que bloqueemos verdaderamente, el camino al goce.

Hay dos tipos de personas: quienes ven el orgasmo como el camino y otros quienes lo ven como el lugar a llegar. Yo me quedo con las primeras, soy de las que disfrutan el recorrido del bosque, mirando cada detalle, afinando el oído para cada sonido, catando los sabores, disfrutando de los olores y las distintas texturas que nos ofrece el paisaje. Es en ese camino donde permanece una sana y placentera sexualidad. En donde las vibraciones llegan desde la planta tus pies, hasta la última hebra de tu cabello.


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Astrid Salazar | Instagram: astridstephanys | Twitter: @astridstephanys

Poeta, editora, sexóloga, docente y directora de Ediciones Dirtsa Cartonera nacida en Maracay. El poema es su lugar y la poesía el camino que transita. Piensa que la vida es más llevadera si tiene una dosis de café diaria.

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