Hermoso y potente son sin duda las dos características que mejore describen al Seven 620S, el segundo integran de la gama Seven 620 de Caterham, el fabricante inglés de genuinos deportivos considerados entre los modelos más icónicos de la industria mundial.
Derivado del icónico auto fabricado por Colin Chapman en 1957, al igual que su hermano rebelde 620R, esta nueva variante del Seven mantiene intacto su aire de auto deportivo a la vieja usanza, lo cual no significa que sea un auto demodé y de pocos bríos. Todo lo contrario, debajo de su ropaje se esconde un potente motor que pondría a temblar a los más reputados deportivos de aerodinámico diseño.
De cuerpo esbelto, Caterham ha tratado de mantener en todo lo posible el diseño original, caracterizado por un alargado capó cerrado con broches y con un frontal está totalmente ocupado por la gran parrilla y los distintivos faros redondos bastante retrasados, a cuyos pies se ubican los distintivos guardabarros individuales y el sistema de amortiguación al descubierto.
Sin puertas ni ventanas, la visión lateral está dominada por los amplios arcos de las ruedas de 15 pulgadas y el reluciente tubo de escape en el costado derecho, que termina desviándose hacia la retaguardia. Sin puertas, el cierre lateral está dado por ventanas de hule, mientras que la capota debe ser colocada de forma manual a la vieja usanza sobre un armazón tubular que sirve de jaula de protección.
La retaguardia no podría ser más simple: un tubo de escape en negro que recorre todo el bajo hasta que se abre a la izquierda, y cuatro ópticas es todo lo que sobresale en la límpida superficie trasera.
Teniendo presente que es un genuino deportivo, el interior es tan simple como un templo shintoista: asientos de cuero (opcionalmente pueden ser las butacas de carbono como en R), asientos con arneses de cuatro puntos, tablero de instrumentos de fibra de carbono y volante Momo de desmontaje rápido, son algunos de los detalles que incluye.
Fuerza viva
De su hermano 620R enfocado en la competición, el Seven 620S hereda el propulsor Ford Duratec de 2.0 litros turboalimentado que desarrolla 310 caballos y un par motor de 716 Nm, lo cual, tomando en cuenta que solo pesa 610 kilos, crea una relación peso/ potencia sorprendente: cada caballo debe mover menos de dos kilos.
Con tales números, este biplaza puede acelerar hasta los 233 km/h y pasar de 0 a 100 km/h en tan solo 3,4 segundos, datos que ya quisieran tener muchos de los modelos que se ufanan de rápidos y veloces pero que distan mucho de ofrecer tales prestaciones.
Una caja de cambios manual de cinco velocidades, diferencial de deslizamiento limitado, suspensión deportiva con barra estabilizadora trasera y potentes frenos de disco ventilados con pinzas de cuatro pistones, son algunos de los atributos que incorpora el 620S, un auto inspirado en el pasado que mira el presente con desparpajo.
¿El precio? Nada barato e incluso por encima de muchos deportivos de rango bajo: cerca de 60.00 euros, monto que sin embargo pagará cualquiera que quiera sentir que maneja un auto de ayer con las prestaciones del presente.
