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Películas para llevar VII (Especial cine erótico)

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Intimidad (2008).

País: Francia.

Dirección: Patrice Cheréau.

Guión: Hanif Kureshi, Anne-Louise Trividic.

Elenco: Mark Rylance, Kerry Fox, Susannah Harker.

Una pareja se cita cada miércoles para tener sexo. No podría decirse que se conocen. Si acaso, solo corporalmente. La apuesta es por el placer, puro y rudo. Todo va bien hasta que uno de ellos quiere saber algo más del otro. Con esta sencilla premisa pareciera que se trata del debut de algún director con deseos de escandalizar al público. Pero no. Detrás de las cámaras está Patrice Cheréau, a quien le debemos la extraordinaria La Reina Margot, que fue nominada a un Oscar. Dos cosas me parecen maravillosas de este filme. La primera: que quienes comparten fluidos no son Brad Pitt y Angelina Jolie, sino dos adultos que pueden ser nuestros vecinos, con sus respectivas imperfecciones corporales. La segunda: el despojo de cualquier artilugio estético (luces, encuadres) que embellezca al coito.

9 Songs (2004).

País: Reino Unidos.

Dirección: Michael Winterbottom.

Guión: Michael Winterbottom

Elenco: Kieran O’Brien, Mago Stilley, Huw Bunford.

De esos filmes que dividen a la crítica. Algunos ven en esta cinta una gran historia de amor, que se desarrolla en cada encuentro sexual, mientras que otros la analizan como una simple exposición de dos cuerpos que van del timbo al tambo. En lo particular, la tengo a buen resguardo entre las películas «raras» que disfruto, aceptando que no es una obra maestra. Una de las razones por la que me enganchó es que la pareja se conoce en un concierto y su enamoramiento-copulación sucede al ritmo de grandes bandas como The Von Bondies, Primal Scream, Franz Ferdinand, Black Rebel y Motorcicle Club. Para el que no esté muy familiarizado con la evolución del cine erótico se puede sentir afectado por el material explícito (penetraciones, felaciones y eyaculaciones).

El sabor de la sandía (2004).

País: Francia-Taiwan.

Dirección: Ming-liang Tsai.

Guión: Ming-liang Tsai.

Elenco: Kang-Sheng Lee, Shiang-Chyi Chen, Yi-Ching Lu.

Si es de los que se escandaliza rápido, lo mejor es que pase de este filme. El surrealismo presente en su trama, que implica imágenes realmente transgresoras, puede afectar al espectador de estómago frágil. Sin embargo, El Sabor de la Sandía tiene escenas que visualmente son una delicia y de una profunda carga erótica. ¿De qué va? Ante la falta de agua, el gobierno publicita a nuestra conocida patilla, como un rico y favorable sustituto. La ausencia del líquido empuja a una relación de dos desconocidos que deriva en una bacanal en la que cualquier orificio es productivo para calmar la sed.

Bitter Moon (1992).

País: Francia-UK-USA.

Dirección: Roman Polanski.

Guión: Pascal Bruckner (basada en su libro) y Polanski.

Elenco: Peter Coyote, Hugh Grant, Kistin Scott Thomas, Emannuell Seigner.

Peter Coyote es uno de los grandes actores al que aún no se le ha reconocido su trayectoria en la gran carpa. Si le daban 10 minutos en la pantalla, era capaz de eclipsar al protagonista. Por lo tanto, fue un gran acierto incluirlo en este filme en el que hace de un lisiado (Oscar) con una esposa de ensueño (Emannuell Signer). Para quien escribe, se trata de la mejor película de Roman Polanski. Se indaga aquí sobre el comportamiento humano y el deseo, los límites y los demonios que nos pueden llevar a buscar las aventuras más extremas. Hugh Grant está perfecto como el conejillo de indias, al que se le va a ir provocando para que rompa las barreras de lo socialmente permitido. Con narraciones escatológicas y sensuales escenas sadomasoquistas, este es uno de los filmes más eróticos de la historia del cine.

Next Door (2005).

País: Noruega-Dinamarca-Suecia.

Dirección: Pal Sletaune

Guión: Pal Sletaune.

Elenco: Kristofer Joner, Cecilie A. Mosli, Julia Schacht.

«Violencia gratuita», «Apología al crimen», «Apoyo a la violencia de género», todas las acusaciones le sirvieron a este filme para cosechar espectadores en su versión casera, pues no llegó a muchas carteleras. Para nosotros es un real placer porque reúne dos géneros que muchas vecen van de la mano: el sexo y el terror. La trama gira entorno a un hombre despechado que consigue en unas vecinitas muy «guarritas», un lugar para expiar su tristeza. Una de sus escenas es calificada como la más erótica en la historia del cine por algunos críticos, mientras que otros la califican de «enferma». Para dar una idea: golpes van y vienen en un intercambio de fluidos muy explícito. Se le considera como una cinta que bebe de las influencias de Polanski (Repulsión) y David Lynch (Carretera perdida). El final es decepcionante, pero lo que sucede antes levanta más de un suspiro.

 

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