Sin Categoría

Tí@s, ser viejo y gay en Venezuela.

En este país hay que ser valiente y aplomado para afrontar el reto de hablar de la homosexualidad, somos una sociedad que condena y señala al “marico”,  lo que sabemos de los homosexuales son sólo estereotipos ofrecidos por programas de televisión barata y enlatada. Para cualquier familia es preferible tener un borracho, drogadicto, malandro, maltratador o asesino que un tío, primo, hijo o sobrino homosexual. Asi que, si no es en chistes, no nos gusta el tema.

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“Yo tengo un tío así”, es la frase con la que se presenta el film  Tí@s del experimentado cineasta John Petrizzelli, no es una frase hueca, es literal y personalísima pues la idea de crear este documental surge a raíz de querer honrar la vida de su único tío, homosexual, que fallece en una deplorable condición de soledad y abandono por parte de la familia.

Pero no se queda allí, Tí@s es un retrato objetivo y sin demasiados adornos de un tema al que la propia comunidad gay suele huirle, la tercera edad. Entre la gente gay no se habla de ello, el tema se evita, se refieren a los mayores con expresiones llenas de desprecio e incluso de asco pues glorifican un estado temporal como la juventud, lo efímero se sobrevalora, lo permanente se desdeña.

Los Siete Colores del Arcoíris

Observaremos siete historias de personas de muy diverso origen y estatus socioeconómico, un caleidoscopio de pensamientos y maneras de afrontar la vida y, sobre todo, la vejez, con un punto en común en casi todos los casos, la soledad y el abandono, compañeros casi inevitables.

Tí@ Ramón, El Dandi. Quien originó este documental, la representación del Dandi Caraqueño, guapo, presumido, bien vestido y elegante, de familia adinerada, nunca trabajó. Envejece y muere solo.

Ti@ Félix, El Valiente. De una barriada caraqueña, costurero, y doméstico, atreverse a ser diferente en un ambiente tan hostil tiene sus consecuencias. Envejece con el apoyo de su hermana y su sobrina.

Tí@ Celia, El Perfomer. De origen humilde, famoso por sus imitaciones de Celia Cruz, pasa su vida de tarima en tarima. Actualmente vende Tupperware para mantenerse.

Tí@ Orlando, El Bailarín. Artista versátil y famoso en otro tiempo, tiene 37 sobrinos. Vive una vida tranquila, retirado en casa, aspira escribir un libro.

Tí@ Alfredo, El Estilista. Ligado siempre al mundo de la moda, las fiestas y la gente chic. Admirado por mucha gente en otro momento, añora tiempos pasados, se niega a colgar las tijeras por ahora.

Tí@ Armando, El Poeta. De formación jesuita, iba a ser sacerdote. Una referencia dentro de la literatura venezolana, más de 12 libros publicados, pasa su vejez en soledad escribiendo y leyendo.

Tí@ Edgar, El Aplomado. Abogado, representante de Venezuela ante la ONU en el programa de VIH/SIDA. Experto en litigio y legislación de Derechos Humanos y Género. Envejece junto a su pareja y la aceptación de su familia.

La banda sonora a cargo de Roberto Tarzieris resulta ser apaciguante para digerir todo el contenido que se nos ofrece, un excelente fondo para los relatos que vamos viviendo, inteligentemente acompañados de hermosas imágenes de archivo, sólo interrumpidos brevemente por el distrayente texto que identifica a los participantes.

Petrizzelli hace gala de su experiencia para unir estas historias, que en algún momento pudieran parecer fragmentos sueltos, bajo el hilo conductor de su dirección, a veces cruda, a veces sensible pero en todo momento absolutamente reflexiva.

¿Qué pasa cuando la libido abandona el cuerpo, la erecciones se van, las nalgas se caen y la cara se arruga? Cuando la rumba de ayer, la orgía con desconocidos y los centímetros dejan de ser hazañas para ser historias fugaces  de un pasado superfluo en la memoria de un presente poco alentador. Cuando darías todo una mirada, un abrazo y una palabra amable.

El tema es universal, la soledad y la tercera edad van irremediablemente de la mano en muchos casos, allí no sólo van a identificar a esos tíos, sino a sus propios padres y abuelos. Lo que siempre queda claro es que de cara al ocaso, la cosecha solo te provee de lo que has sembrado, las decisiones de cómo vivir tu presente salvaguardan o condenan tu futuro.

Este film es una bofetada al culto de lo efímero. Muy necesario.

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