Venezuela

Ciudadana Fiscal: el punto de no retorno

Si le preocupa tanto la “venta de cuerpos”, señora Fiscal y está de verdad dispuesta a investigar el asunto a fondo, le pido por favor que investigue también a las universidades creadas por el chavismo.

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Como mujer venezolana me siento en el deber de emplazar a la señora Fiscal General de la Nación. Me quedé anonadada por sus declaraciones sobre que las mujeres “antes de la revolución” debían “vender sus cuerpos” para obtener un cupo universitario, pues a pesar de que estudié y me gradué hace muchos años, no conozco un solo caso en el que haya pasado tan aberrante situación. Pero el que una sola lo haya pasado ya amerita una acción de su parte.

Señora Fiscal General: ya que colocó el tema sobre el tapete, debe tener o bien razones, o bien pruebas y me gustaría ver acciones concretas que tiendan a erradicar ese horror. Porque no se trata de ahora o de antes. Haya pasado antes o pase ahora, es un asunto del que hay que ocuparse y no dejarlo como si se tratara de la limpieza del Guaire, en la que hasta se puede bromear sobre si Jackeline Faría se va a bañar o no.

Es un asunto que toca la dignidad de muchas personas. Usted con sus declaraciones ha expuesto al conocimiento general la existencia de esos depredadores y como titular del monopolio de la acción pública -es usted la que decide a quién se juzga y a quién no- tiene que hacer algo. En este tema usted llegó a un punto del que no hay retorno, pues se trata de la libertad de acceder a la educación.

Yo me imagino que usted no sufrió en carne propia lo que denuncia, porque no lo denunció -tal vez no en aquel momento en el que según usted no había justicia- y tampoco cuando comenzó la justicia roja y usted se encargó del Ministerio Público. Asumo que usted entró como creía yo que entrábamos a la universidad las mujeres: presentando un examen de admisión y demostrando que estábamos capacitadas para cursar estudios universitarios.

Me imagino que debe conocer muchos casos para haber hecho tamaña aseveración y es usted quien tiene en sus manos las herramientas para acabar con esas conductas asquerosas. Ahora se encuentra en la obligación de acusar a los culpables y de hacer públicas las denuncias y sus resultados concretos. Porque el problema no se resolverá con unos pocos “castigos ejemplarizantes”.

¿Sabe, señora Fiscal? Me gustaría ver más acción y menos denuncias… Es que siento que hablan mucho y obran poco. Si a usted le preocupan tanto las estudiantes ¿ha hecho algo por las miles que están cursando estudios fuera de Venezuela y a quienes les negaron Cadivi, a pesar de sus méritos?… Es también un acto de crueldad que afecta a esas jóvenes que habían adquirido un derecho y ahora se los arrebatan como si nada. Es la otra cara de la moneda. ¿No es un abuso de Cadivi, semejante al de los que “compran” cuerpos?

Me gustaría saber también si la cosa es exclusivamente con las mujeres, o si sabe de casos en que varones tuvieron que “vender sus cuerpos” para poder entrar a la universidad y si se va a ocupar también de esos casos.

Si le preocupa tanto la “venta de cuerpos”, señora Fiscal y está de verdad dispuesta a investigar el asunto a fondo, le pido por favor que investigue también a las universidades creadas por el chavismo. No actúe como si eso sucedió solo en el pasado o sucede solamente en las universidades autónomas o en las privadas. Lo digo porque como los vicios se han multiplicado, no se debe asumir ni descartar nada.

Y por último, no se olvide de sacar de la lista a quienes por simple sinvergüenzura cambian una admisión o una nota por una alegre cita con un empleado o un profesor. Ésos no cuentan.

Quedo a la espera de sus acciones. Es ahora cuando usted está obligada a darle a Venezuela respuestas y hechos concretos ya que sacó el asunto a la luz pública. O usted pasa a la historia con la gloria de haber resuelto este problema, o quedará como una habladora de tonterías que después de destapar esa olla inmunda, no hizo nada. Escoja.

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