Venezuela

Shannon y Cabello

Parece que, de momento, las autoridades del ejecutivo estadounidense no se están tomando demasiado a pecho las acusaciones en contra de Cabello por narcotráfico que han difundido algunos influyentes rotativos internacionales.

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Si Diosdado Cabello ha afirmado que las relaciones con los Estados Unidos “van a mejorar”, luego de lo conversado en Puerto Príncipe, Haití, a todos podría quedarnos claro que la alta jerarquía chavista y los funcionarios de los Estados Unidos han encontrado un eje de coincidencias y cesiones parciales en una ronda de conversaciones que podrían dominar el ambiente diplomático bilateral en los próximos meses.

Presos políticos, elecciones parlamentarias, defensa de la democracia, injerencia, deudas, diferencias de carácter hemisférico. No cuesta imaginarse demasiado el radio de lo conversado. Barack Obama y el Pentágono habían tenido mucho cuidado en no coincidir con Nicolás Maduro luego de la firma del decreto que define a Venezuela como “una amenaza”.

Shannon, frecuente visitante de Miraflores en estas semanas, corona con Cabello, sin embargo, una diplomática foto familiar que no ha dejado de sorprender a muchos sectores. Parece que, de momento, las autoridades del ejecutivo estadounidense no se están tomando demasiado a pecho las acusaciones en contra de Cabello por narcotráfico que han difundido algunos influyentes rotativos internacionales.

El gobierno de Maduro enfrenta en este momento un duro proceso de desgaste en virtud de una corrosiva crisis económica que ha creado con sus desafueros y equivocaciones, con la consecuente presión social que se trae al remolque, y esta circunstancia tiene genuinamente preocupada a toda la comunidad internacional.

Las máculas de la administración chavista, la corrupción generalizada, son un secreto que ya está muy mal guardado, y la credibilidad del llamado gobierno bolivariano es francamente diminuta a estas alturas.

Puesto que el gobierno también juega, ya que no es mocho, a todos debería quedarnos claro que en algún momento iba a ser obligante, para los chavistas, cambiar de tono con sus enemigos e intentar recrear un nuevo marco de conversaciones que les permita ampliar sus posibilidades y especular con la retórica ante las nuevas situaciones que se avecinan.

En ese mismo orden de ideas, tal y como lo confesara el mismo Maduro, Diosdado Cabello viaja a Brasil, y luego conversa con Shannon en Haití, con el objeto de cumplir “una misión estratégica” para eso que ellos denominan “la patria”, es decir, para sus propios intereses. Al chavismo se le achica el margen de maniobra, incluso con aquellas naciones tradicionalmente amigas de Miraflores.

Los venezolanos, entretanto, siguen trajinando su tormento cotidiano, esperando la fecha de las elecciones parlamentarias. Esperando, sobre todo, a ver si será verdad que los chavistas se van a atrever a no convocarlas, a escamotearlas, o a contravenir la voluntad popular con algún pretexto chungo.

Si será verdad que, con todos los flancos abiertos, los chavistas podrán burlarse, al mismo tiempo, de toda la nación y de toda la comunidad internacional. Incluyendo a Barack Obama y a Thomas Shannon, el amigo de la foto. Ese que hoy sale muerto de la risa con Delcy Rodríguez, Cabello y el haitiano Michelle Martelly.

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