Venezuela

Pérdidas millonarias y desolación es el balance a tres meses del cierre de la frontera

Al cumplirse 90 días de cerrada la frontera entre los municipios Bolívar, Pedro María Ureña, Junín, Capacho Nuevo, Capacho Viejo y Rafael Urdaneta del Táchira con Colombia, solo desolación y pérdidas calculadas en 2 millones de dólares diarios es lo que se muestra en la que era conocida como la fronteras más viva de Latinoamérica

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Al tomar la carretera que desde Capacho conduce a San Antonio, capital de Bolívar,  se empieza a avistar la mengua en el tráfico automotor en comparación con otros tiempos en los que una distancia de 39 kilómetros se recorría en un periodo no menor a cuatro hora, producto de las intensas colas. Ahora el mismo tramo se transita en 50 minutos y hasta menos a pesar del notable deterioro de la calzada.

Al llegar al puesto fijo de control de la Guardia Nacional de Peracal, se divisa a un grupo de castrenses reunidos conversando, otros sentados y hasta los integrantes de la  brigada canina descansan, echados a un lado de los andenes de la alcabala.

Cinco minutos luego de Peracal  se llega a un segundo puesto militar, está vez comandado por el ejército venezolano, es activo porque el personal destacado allí se encarga de requisar de manera minuciosa a cualquiera que transite por esa vía.

foto3 En la avenida Venezuela de San Antonio más del 50 por ciento de los comercios están cerrados

En la avenida Venezuela de San Antonio más del 50 por ciento de los comercios están cerrados. Foto: Rosalinda Hernández

Los vehículos de transporte público llevan la peor parte, sus ocupantes son desalojados de la unidad previa presentación de la cedula de identidad. Si llevan alimentos u otro tipo de mercancía se exige presentar factura, de lo contrario los productos quedan decomisados y no se entrega a su propietario ningún acta que verifique la retención.

Haide Sandoval iba hacía Ureña en una unidad de la línea “Unión de Conductores”, entre su equipaje llevaba ocultos tres potes de formula láctea para bebés. Durante la requisa que hace el Ejercito, le ordenan abrir el bolso y sacar todo, incluyendo la leche, le pidieron la factura y como no la tenía se la iban a decomisar.  La asustada mujer, saltó de la silla, abrió los potes y les retiro el precinto de seguridad para probar que eran para uso familiar y no para comercializarla.

“Capitán dígame por qué me va a quitar la leche de mi nieto. Yo la pague, no se la robe a nadie.  Explíqueme dónde empieza la frontera. Hasta donde yo tengo conocimiento estamos dentro del territorio venezolano, dígame porque no puedo llevar tres potes de leche a mi casa”, argumentaba enfurecida Haide.

Mientras tanto el funcionario militar que pretendió retener el producto en medio del repertorio de preguntas que le hacía la mujer, dio la espalda y se marchó sin respuestas.

Escenas como está son comunes de presenciar en el puesto militar comandado por el Ejercito venezolano y conocido como “El Peaje de la Campaña Admirable”.

La Venezuela que muestra la depresión  

La avenida Venezuela es la vía más grande del pueblo, se extiende hasta la aduana principal, dando paso al puente internacional Simón Bolívar, línea limítrofe con Colombia.

La arteria vial se ha hecho conocida por quienes frecuentan la zona por ser el lugar que concentra el mayor número de  fábricas y comercios donde se venden artículos de cuero y bluejeans, rubros que han movido durante décadas la economía fronteriza junto a la fabricación de tabacos.

Luego del cierre de frontera aproximadamente el 50% de estos almacenes no han vuelto a subir su santamaría, la poca afluencia de compradores ha hecho que sus propietarios  tomen vacaciones, realicen inventarios o simplemente obtén por cerrar la tienda.

Juan Carlos Orellana, fabrica bluejeans y los vende en su almacén, ubicado a pocos metros de la aduana. El comerciante aseguró que desde la declaratoria de estado de excepción a la fecha sus ventas han caído en más de un 80%.

“No me tome fotos por favor”… dijo Juan Carlos al equipo de El Estímulo que lo entrevistaba, “aquí uno no sabe cuando se va a meter en problemas con los militares”.

El empresario entre nervioso e indignado por la situación económica que vive la frontera dijo no estar de acuerdo con el cierre. “Siempre hemos sido una zona de intercambio, traemos materia prima de Cúcuta y de aquí se llevan mercancía para allá. Nunca en los 20 años que llevo fabricando pantalones había vivido una situación igual”.

La crisis en la zona de frontera se “complicó” hace una semana luego que fiscales de la Superintendencia de Precios Justos (Sundde), visitaran los comercios para establecer nuevos precios a la mercancía.

“Me obligan a vender los bluejeans en cinco y siete mil bolívares. Por eso usted ve más o menos compradores en la calle. Pero yo estoy perdiendo porque la materia prima. –Telas, hilos y herrajes-  la importe de Colombia”, precisó Orellana.

De acuerdo al comerciante, en la misma situación de él se encuentran otros empresarios.

“Venderé hasta que se agote la mercancía, después liquidaré al personal y cierro. Voy a esperar a ver que pasa el 6 de diciembre, según el resultado de las elecciones veré si continuó con la empresa o la cierro definitivamente porque no voy a trabajar para perder”, puntualizó el vendedor de pantalones.

Perdidas mil millonarias

Calles desoladas, negocios con avisos que rezan “cerrados por vacaciones” y ninguna señal que indique la entrada de la temporada navideña se divisa en el sector comercial de San Antonio. Los comerciantes consultados coinciden en un común denominador: la pérdida.

Valentín Gasparyán, llego hace más de 30 años a lo que él describe como un “paraíso comercial”, donde el comercio iba en constante crecimiento y desde el mes de junio, empezaba a abastecerse los almacenes de mercancía para la navidad.

Con las señales del tiempo macadas en su rostro, una tasa de humeante café negro y un cigarrillo en la mano,  Gasparyán, propietario de una zapatería del centro de San Antonio, explicó la situación.

“Mira acá siempre el comercio ha sido bueno. Viene gente de Colombia y compra en cantidades porque les parecen muy competitivos los precios con el cambio de la moneda. Del interior de Venezuela también vienen compradores. Pero desde hace tres meses para acá esto ha cambiado, hemos perdido en un 70% las ventas al detal y al mayor ya no se vende”.

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Los comerciantes de bluejeans se quejan ante las perdidas que registran a diario lo que los obliga a cerrar en los próximos dias sus almacenes. Foto: Rosalinda Hernández

El expresidente de Fedecamaras Táchira, José Rozo, aseguró que las poblaciones de San Antonio y Ureña, estarían arrojando en perdidas a tres meses del cierre del paso fronterizo, unos dos millones de dólares diarios, unos 180 millones en tres meses.

“Los pocos comerciantes que continúan trabajando lo hacen en la mayoría de los casos a perdida y han comunicado a la Cámara de Comercio de la zona que hasta diciembre mantendrán la empresa. Otros han optado por cerrar ya sus empresas”, precisó Rozo.

Aunque no se manejan cifran oficiales de cuántos han cerrado sus puertas hay quienes afirman que el sector tabacalero ha sido uno de los más afectados y desde hace dos semanas dio vacaciones colectivas por no contar con la materia prima para continuar operando.

“Estoy buscando rebusques por ahí para poder mantener a la familia porque la fábrica donde trabajo cerró,  no tenía materia prima y nos liquidaron. Según como siga la situación aquí volverán o no a abrir”, dijo Wiston Sandoval, habitante de San Antonio.

Luego de hacer una cola de dos horas para comprar arroz a precio no regulado, Wiston comentó que “ya ni comer se puede. Pagué 350 bolívares por kilo de arroz, si no lo compró así,  no lo consigo. Ando buscando trabajo de albañil, limpiando jardines o en lo que sea porque tengo que llevar comida a la casa a mi esposa y tres hijos”.

Cúcuta también lleva lo suyo

Aunque se dice que el cierre fronterizo no afectó la economía de Cúcuta, Colombia, los testimonios de quienes cruzan la frontera a diario porque ejercen su actividad profesional allí, o son estudiantes, trabajadores, o empresarios, demuestran lo contrario.

Rubén Orozco, es propietario de una fábrica de uniformes deportivos en la ciudad colombiana, es venezolano y vive en San Antonio. Tiene una autorización otorgada por las autoridades que le permites ir y venir a diario.

, dijo.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos, emitió el 15 de septiembre de 2015, una nueva emergencia económica y social en los 40 municipios de la frontera colombo-venezolana y dictó medidas especiales en materia de Impuesto al Valor Agregado, -IVA-, para algunos bienes que se vendan a los municipios fronterizos. Igualmente,  la medida se aplica para la comercialización de estos bienes dentro de las zonas de frontera.

El decreto estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2015. Entre los que no están pagando el IVA se encuentran, alimentos para el consumo humano y animal, calzado, prendas de vestir, material de construcción y electrodomésticos.

Mientras que comerciantes y empresarios luchan por mantener sus negocios abiertos y sobrevivir a la crisis que ha traído el cierre de la frontera,  los Gobiernos de Venezuela y Colombia afinan estrategias para incentivar el poder de compra en los consumidores y aumentar  las ventas que en realidad si se han visto afectadas con pérdidas incalculables para ambas naciones.

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