Venezuela

Rifan bolsas de comida en Caricuao

La nueva modalidad de distribución de alimentos de primera necesidad, a través de la llamada bolsa solidaria, implementada por el gobierno, no termina de convencer a los vecinos en las distintas comunidades de Caracas, que ya han comenzado a quejarse del proceso implementado, y aseguran que es excluyente y favorece a las personas afectas al PSUV.

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FOTO: AVN

Según declaraciones de las autoridades con este mecanismo se busca acabar con las mafias de bachaqueros y asegurar que la comida llegue directamente a los consumidores y familias más necesitadas, pero el mecanismo no termina de convencer a los ciudadanos, aquí algunas denuncias recibidas por El Estímulo.
– En Caricuao las rifan –
Los vecinos de la parroquia Caricuao no salen aún del asombro, y tampoco de la calentera (por no decir otra palabra), por el método implementado para la entrega de la llamada bolsa solidaria, que se ejecuta a través de una rifa, pues solo aquellas familias que corran con suerte podrán comer.
Así fue el proceso en el bloque en el bloque 55 de la UD-4 de la parroquia Caricuao. En la planta baja fue publicada la lista de las 38 personas que resultaron afortunadas con igual número de bolsas solidarias en el sorteo, los demás vecinos deberán esperar la próxima rifa para conocer si sus números de apartamento salen favorecidos y pueden gritar “bingo”.
Se informó a los vecinos que la rifa de la bolsa de comida forma parte de los operativos de la Misión Alimentación, que impulsa el gobierno.
– Plan excluyente –
Alberto Reina ha militado toda su vida en el partido Acción Democrática (AD), es jubilado y ya ingresó al grupo de personas de la tercera edad. Vive en un barrio de Catia, en la parroquia Sucre, en Caracas. Dice que cuando iniciaron el censo en su sector para el programa de la bolsa solidaria, le pusieron varios inconvenientes para anotarlo.
“Primero alegaron que yo vivía solo, lo que no dicen es que mi esposa murió de cáncer hace dos años, me dijeron que yo no tenía necesidad de la bolsa, les dije que sí pues soy jubilado, pensionado y de la tercera edad. Después de varias discusiones terminaron anotándome en la bendita lista, pero estoy seguro que la principal razón para negarme el beneficio es porque soy adeco”, señaló Reina.
Dijo que los integrantes del consejo comunal, casi todos afectos al partido de gobierno, le informaron que tenía que cancelar por anticipado Bs 900 por la bolsa solidaria, la cual no le sería entregada en su casa y que debía retirarla en un operativo que se llevaría en una plaza cercana a la barriada.
“El día previsto, junto a un grupo de vecinos, me fui a las 5 de la mañana al lugar que me indicaron y comencé a hacer la cola. Yo tenía el número 48 en la fila de la tercera edad, me atendieron a las 2 de la tarde, me entregaron una bolsa y para mi sorpresa, al salir de allí con hambre, sudado y un gran cansancio, se acercan unas personas con chalecos rojos y me dicen que necesitan que les dé un testimonio sobre el beneficio alimentario que acababa de recibir por parte del gobierno, por supuesto me rehúse y les dije que no fueran tas descarados”, dijo.
Informó que la bolsa en cuestión venía equipada por 1 kilo de azúcar, 2 kilos de leche, 1 litro de aceite, ¼ de café, 1 kilo de arroz, 1 kilo de pasta, 4 rollos de papel higiénico, 1 lata de leche condensada y un pollo.
“Me informaron que pasado 30 días me volverían a convocar a un nuevo operativo por una bolsa de productos de igual contenido y que tenía que distribuir muy bien los alimentos. Indicaron que en esta oportunidad no les había llegado la carne. Nada informaron sobre la venta de jabón de baño y para lavar la ropa, tampoco prometían desodorantes, champú o cualquier otro producto de tocador. Creo que esta bolsa es una oferta engañosa”, sentenció Reina.
– Una bolsa por tú firma –
En la parroquia El Junquito, del municipio Libertador, también realizaron entre las familias de distintas comunidades el censo para la entrega de la bolsa de comida. En esta oportunidad a un costo de Bs 1.500, ya que en el combo también entregaban dos piezas de carne.
Arianny Figuera, junto a su esposo, ambos jóvenes, fueron incluidos en la lista sin mayores problemas por los voceros del consejo comunal de su sector, el día del operativo tenían su dinero en efectivo y esperaban su turno para la adquirir la ansiada bolsa.
“Todo estaba perfecto, el contenido de la bolsa nos resolvería el problema de abastecimiento por lo menos una semana, hasta que una señora nos dijo que para comprar la bolsa teníamos que firmar una lista en contra de la Ley de Amnistía, mi pareja y yo, habíamos escuchado que esto estaba pasando en algunas comunidades, pero pensamos que era mentira, hasta que nos tocó vivir el momento. Nos vimos las caras y le dijimos a la señora que no podíamos llevar la bolsa bajo esa condición, que nuestras firmas y convicción valían mucho más que una bolsa de comida”, dijo Figuera.
– Bolsa «chucuta» –
Varios son los vecinos del barrio San Andrés de la parroquia El Valle, también en Caracas, que no se enteraron del censo para la compra de la bolsa solidaria. Una vecina de la zona, que cuenta con 80 años, y pidió no publicar su nombre, dijo que se enteró de la venta el día que vio a varios voceros del consejo comunal cargando los alimentos.
“Aquí no supimos cómo fue la selección de las familias que fueron beneficiadas, a mí por ejemplo no me tocaron la puerta. Luego del operativo nos enteramos de que las bolsas que vendieron estaban chucutas (incompletas), les habían sacado la leche, el azúcar, el café y el arroz. Pero que a las personas que organizaron el operativo, sus familiares y amigos sí les había llegado su mercado resuelto hasta para 15 días, incluyendo carne y pollo”, expresó.
– La bolsa nunca llegó –
La segunda calle del sector Cujicitos, parroquia San José, en Caracas, un día fue tomada por los voceros del consejo comunal que realizaron el censo de cada una de las familias, de las personas con discapacidad, enfermas y de la tercera edad. Les señalaron a los vecinos que tenían que tener en efectivo por lo menos Bs 2.000 para el pago de los alimentos que pronto le serían despachos en sus propias casas, hecho que acabaría con las colas y las quejas vecinales.
Señalan los lugareños de la zona que hace dos meses se realizó todo este levantamiento, pero que la bolsa de alimentos prometida nunca llegó. “Aquí quedamos como novia de pueblo, vestidos y alborotados”, manifestó César Rojas.
– Sin consejo, no hay comida –
En la parroquia San Juan, del municipio Libertador, en Caracas, todavía hay residencias en donde no se ha podido formar el consejo comunal por distintas razones. Un grupo de familias preocupadas por el tema de abastecimiento comenzó a buscar información para obtener la bolsa solidaria o, por lo menos, la realización de un mercado a cielo abierto para abastecerse de los productos regulados.
Señalaron que los invitaron a una reunión, en donde les señalaron que para ingresar a cualquiera de los programas tenían que conformar su consejo comunal, luego elegir la comisión de abastecimiento, así como el Consejo Local de Abastecimiento y Producción (Clap).
“Después de creadas todas esas agrupaciones, nos indicaron que nos teníamos que inscribir en la comisión parroquial de alimentación, que daría a su vez cuenta de nuestra necesidad al estado mayor de alimentación o comisión presidencial de alimentación, ente que nos incluiría en los programas de alimentación. Nos quedamos asombrados de todo el proceso burocrático por poder adquirir la bolsa alimentaria”, comentó una de las vecinas.
Indicaron que en procura de ser beneficiarios del programa alimentario han seguido asistiendo a las reuniones pautadas, en donde tienen que obligatoriamente escuchar los discursos de líderes afectos al gobierno sobre la «guerra económica», presuntos planes desestabilizadores de la derecha, los presuntos manejos dolosos de empresas privadas con los dólares entregados, entre otros temas políticos. Pero nadie les resuelven sus problemas de abastecimiento, siendo obligados por la necesidad a seguir haciendo interminables colas o comprar los alimentos con sobreprecio a los llamados bachaqueros.
Señalaron que en la zona viven muchos adultos mayores, enfermos y personas con discapacidad que no pueden movilizarse a realizar largas colas para comprar comida. “La verdad no sabemos cómo están haciendo muchos de nuestros vecinos para poder alimentarse”, se preguntó una de las personas que se mantiene en la lucha para conformar el consejo comunal en una de las residencias de San Juan.]]>

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